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Máximo anual de la prima de riesgo en medio de la fragilidad bursátil

El Ibex cierra sin cambios una jornada de altibajos La prima de riesgo marca un nuevo máximo anual en 410 puntos básicos

Todos los problemas de la economía española (elevado déficit, elevado paro y vulnerabilidad de sus sector bancario) se han unido hoy en el mercado de renta fija para no dar tregua a la deuda española. La prima de riesgo (diferencial de rentabilidad que se exige al bono a diez años respecto a su equivalente alemán) ha marcado un nuevo máximo anual en 410 puntos básicos, una cota que no tocaba desde el pasado noviembre. Con ello, la rentabilidad del bono a diez años se ha colocado en el 5,7%, nivel que no registraba desde el pasado enero. Al final del día, sin embargo, se relajaba hasta 401 al cierre, tras haber ganado 37 puntos básicos en dos días.

El diferencial del bono español retrocede cinco meses en el tiempo, hasta un momento en que se temía que España e Italia pudieran contagiarse de la crisis de la deuda soberana de Grecia y ser los siguientes en la lista de países rescatados. El Banco Central Europeo (BCE) tomó cartas en el asunto y puso en marcha dos programas de préstamos a tres años y a un 1% de interés, que en diciembre y en febrero inyectaron liquidez por importe de un billón de euros a la banca europea.

Las entidades españolas e italianas participaron activamente en ambas subastas y usaron los fondos para atender sus propios vencimientos y para adquirir títulos de deuda pública (españoles e italianos, principalmente) y obtener un margen (operación que se conoce como carry trade). Gracias a ello las primas de riesgo de ambos países han disfrutado de tres meses de alivio que puede haber llegado a su fin. La escalada del diferencial español ha arrastrado al italiano, que a principios de marzo cayó por debajo del español y se mantiene así desde entonces. Hoy ha cerrado en 371 puntos básicos, tras haber ganado 46 en las dos últimas jornadas. El nerviosismo de la sesión ha obligado al ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, a realizar unas declaraciones en las que asegura que los mercados castigan la falta de crecimiento "en Europa".

Las Bolsas europeas no han sido ajenas a la tensión del mercado de renta fija pero, tras una sesión de altibajos, han salvado la jornada en torno a sus niveles de la apertura, gracias al empuje de Estados Unidos, donde las peticiones semanales de subsidios de paro, un barómetro del estado de salud del mercado de trabajo, bajaron a su menor cifra de los últimos cuatro años.

  El mercado español comenzaba con un repunte del Ibex en la apertura que duraba poco, ya que poco después el indicador caía más de un 1% y perdía los 7.600 puntos, con lo que se situaba en mínimos de tres años. Al término de la negociación se ha colocado en 7.660,5 puntos, sin cambios respecto al cierre de ayer. En las dos sesiones previas, el principal indicador de la Bolsa española se dejó casi un 5%. Tras entrar y salir de los números rojos durante el día, Londres ha cerrado con un alza del 0,35% y París ha subido un 0,19%. Fráncfort, sin embargo, ha cedido un 0,13% y Milán un 0,2%

Para los mercados, el balón de oxígeno del BCE se está desvaneciendo y quedan al desnudo, como ayer señaló el presidente del BCE, Mario Draghi, "los fundamentos económicos" de unas economías que aún tienen "cumplir" con las reformas anunciadas. En España, los inversores aún no ven la luz, a pesar de las medidas tomadas por el Gobierno de Mariano Rajoy en sus primeros 100 días. Las dudas se centran en el objetivo de reducción del déficit del 8,5% al 5,3% este año y en la incapacidad de la cuarta economía de la eurozona de crecer lo suficiente como para diluir la tasa de paro más alta del área, un 23,6% en febrero según datos de la Comisión Europea.

A todo ello se une la desconfianza que inspira el sistema financiero español, aún en proceso de reestructuración. El bombeo del BCE ha sido el sustituto de un mercado interbancario paralizado, pero el problema de base, las dudas sobre la solvencia de las entidades y la profundidad del saneamiento de sus carteras crediticias, persiste.

Los compromisos de España en materia fiscal son otro foco de preocupación. El pasado martes se inició la tramitación parlamentaria de los Presupuestos Generales del Estado, que prevén ajustes por importe de más de 27.000 millones de euros. Lo que menos gustó a los mercados fue el aumento previsto del endeudamiento público, que pasará a suponer el 79,5% del PIB a finales de este año, frente al 68,5% en que acabó 2011.

La posibilidad de que una nueva crisis de deuda pública acabe por forzar a España a pedir ayuda a las instituciones internacionales, en la estela de Irlanda, Portugal y Grecia, ha sido formulada por algunos analistas, como el economista jefe de Citi, Willem Buiter, o el responsable de las inversiones de Merrill Lynch en Europa, Oriente Próximo y África, Bill O'Neill, que no descarta que las necesidades de capitalización de la banca española acaben requiriendo la intervención del BCE o la petición de un rescate por parte del Gobierno.

El resultado de la subasta del bonos Tesoro de ayer, que se saldó con una rentabilidad superior a la de colocaciones anteriores y con una demanda más débil, no ayudó a mejorar el clima. El presidente del BCE interpreta esa reacción, según afirmó ayer tras la rueda de prensa posterior a la reunión mensual del comité que fija la política monetaria en la eurozona, no como un síntoma de "fragilidad" de los mercados, sino como que están "esperando reformas" y "están pidiendo a los Gobiernos que cumplan, en términos de consolidación fiscal y reformas estructurales".

En Reino Unido, el Servicio Nacional de Estadísticas anunció hoy que la producción industrial (equivalente al 15% del PIB), creció un 0,4% en febrero (aunque descendió un 2,3% respecto al año anterior), en línea con las expectativas, impulsada por la actividad minera, extracción de petróleo y gas y electricidad y gestión de agua. La producción manufacturera, sin embargo, cayó inesperadamente un 1%, cuando se esperaba un ligero crecimiento. El Banco de Inglaterra ha decidido hoy mantener su programa de expansión cuantitativa (compras de activos por importe de 325.000 millones de libras) hasta su vencimiento previsto en mayo. También ha mantenido el tipo de referencia en el 0,5%.

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