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PROPIEDADES

Comprar en la playa a mitad de precio

Desde 50.000 euros se puede ser propietario de un apartamento nuevo en la costa española. El precio es el reclamo para españoles, nórdicos y rusos.

Sandra López Letón
Marina Isla Canela, puerto deportivo en Ayamonte, Huelva.
Marina Isla Canela, puerto deportivo en Ayamonte, Huelva.

Cuenta atrás. Las vacaciones de Semana Santa están a la vuelta de la esquina. Y la costa volverá a ser refugio de los españoles que, con crisis o sin ella, no están dispuestos a perdonar cuatro días de asueto en alguna playa mediterránea

Playas en las que era muy habitual comprar una segunda casa cuando se tenían algunos ahorros. “Qué fue de aquellos maravillosos años”, se preguntan algunos promotores. Las ventas cayeron en picado hace unos cinco años. Aunque algo parece moverse. “El año pasado, las compraventas empezaron a reactivarse bastante, tanto por parte de extranjeros como de nacionales”, dice Valentín Fernández, director de residencial de Foro Consultores.

Fuente: Sociedad de Tasación.
Fuente: Sociedad de Tasación.C. AYUSO / EL PAÍS

La llegada a la costa mediterránea de compradores nórdicos, escandinavos y rusos ha devuelto algo de vida al mercado de segunda residencia en la costa. ¿En qué se nota la tímida reactivación? “Había promociones que llevaban años sin vender ni una sola vivienda, y ahora se están vendiendo. Incluso las urbanizaciones cerca de campos de golf que se hicieron ad hoc para la demanda internacional en Fuerteventura y Lanzarote están saliendo”, apuntan en Foro Consultores.

La costa está de buen ver. Hay viviendas que hoy cuestan un 50% menos que hace tres años. Si al comprador no le importa la distancia a la playa, la zona o el tamaño puede encontrar verdaderas oportunidades, desde los 50.000 euros. A más exigencias, más caro, dicen en TM Grupo Inmobiliario, que aplica descuentos desde el 17% para las viviendas cercanas al mar y hasta el 40% para las interiores.

El 80% de los compradores en la Costa Blanca son extranjeros

Algunos ejemplos: Un apartamento en Orihuela Costa, de obra nueva, a varios kilómetros de la playa cuesta 75.200 euros. Lo vende Mediterranean, la inmobiliaria de la CAM, que también comercializa segunda mano en Torrevieja desde 46.200 euros. En esta localidad, Mahersol, que aplica rebajas del 8% al 51%, vende áticos de dos dormitorios por 85.000 euros (antes, 145.000). También estudios a pocos kilómetros de las playas de Guardamar y Torrevieja desde 54.000 euros.

Con la incertidumbre económica y laboral se hace difícil pensar que alguien compre una vivienda en la playa. Pero lo cierto es que el perfil del comprador de una segunda residencia es muy distinto del de la vivienda habitual. “La financiación no suele ser el problema”, dice Valentín Fernández, de Foro. Las hipotecas no superan el 50% y en algunos casos se abona al contado. Se trata de parejas de entre 40 y 60 años, con uno o dos hijos, que ya han pagado su casa.

Quién compra

El comprador madrileño sigue decantándose por la costa levantina. Y, en general, busca pisos de dos dormitorios, entre 70 y 80 metros cuadrados, en una urbanización cerrada con piscina y zonas verdes, a menos de un kilómetro de la playa y por un precio que ronda los 100.000 euros, 120.000 euros como máximo. Y “cada vez son más los españoles que compran viviendas de embargo en la playa”, señala Richard Hart, gerente de QSD Group, que trabaja en la Costa Blanca, Almería y Murcia.

Aunque lo cierto es que el pedal del acelerador lo ha pisado el extranjero. En la Costa Blanca, por ejemplo, “la actual crisis económica ha cambiado el perfil del consumidor. Si hace unos años la venta de segunda residencia se dirigía en un 80% al mercado nacional y en un 20% al extranjero, en estos momentos las cifras han dado la vuelta”, explica Jesualdo Ros, secretario general de la Asociación de Promotores Inmobiliarios de la Provincia de Alicante (Provia).

Alemanes e ingleses fueron los primeros en llegar. Pero no los únicos. El ranking de compradores en la costa española está copado por Suecia, Rusia, Noruega y Bélgica, según Ángeles Serna, directora comercial de TM Grupo Inmobiliario. No hay que olvidar que muchos no dependen de financiación ajena y que en Alicante existen comunidades reclamo, como la colonia de noruegos de Alfàs del Pi.

Esta promotora reconoce haber aumentado su facturación un 40% en 2011 gracias a las compras de nórdicos y rusos. Tanto es así, que ha diseñado urbanizaciones pensadas para este comprador. “Adaptamos desde el nombre —acabamos de sacar un residencial al que hemos puesto un nombre de mujer muy típico en Suecia, Linnea— hasta la ubicación de la vivienda —cercanía a campo de golf—, o las calidades y dimensiones —los rusos las prefieren muy amplias—”, explican.

Al internacional no le importa la distancia a la playa. Pero hay diferencias según la nacionalidad. Los ciudadanos rusos, por ejemplo, compran tanto viviendas de alto standing como inmuebles más económicos, dicen en Provia. El británico está desaparecido y los pocos que compran tienen un presupuesto por debajo del español.

Apenas hay datos oficiales de stock y ventas en la costa, así que resulta difícil tomar el pulso al mercado que primero sintió los temblores de la crisis. Parece ser que el litoral mediterráneo acumula el 63% del parque de vivienda nueva pendiente de venta, unas 518.000 casas, las dos terceras partes del stock. Es el último dato que ofrece CatalunyaCaixa.

La mayor parte de las viviendas en venta en la costa mediterránea están ya terminadas. En pocos enclaves comienzan nuevos desarrollos. Y eso que hay proyectos, pero no dinero. Por eso, las escasas urbanizaciones nuevas son de promotoras que no necesitan financiación. Sirva como ejemplo TM, que construye con recursos propios, y ha iniciado nuevas fases y algunas nuevas urbanizaciones en el último año.

Lo más buscado

En el litoral mediterráneo hay una amplia variedad de viviendas y precios. Esta es una pequeña muestra de lo que se puede encontrar en alguna de las localidades costeras más buscadas.

De las 13.000 viviendas de nueva construcción que se vendieron el pasado año en Alicante, la mitad fueron de segunda residencia, y un 80% vendidas a extranjeros, explica el presidente de Provia. Una afirmación que constata el gerente de QSD Group, que el año pasado vendió 140 viviendas: “solo el 15% de nuestros compradores en 2011 eran españoles”.

En la Costa Blanca, un piso de dos dormitorios en primera línea de playa o muy cerca cuesta, de media, 170.000 o 180.000 euros. Más lejos, entre 100.000 y 115.000 euros.

Y los hay por menos. En primera línea de la playa de La Mata (Torrevieja), en el residencial Aqua Nature, Mahersol vende apartamentos amueblados de dos dormitorios desde 119.000 euros. Además, se encarga de buscar, gratis, la mejor financiación. Y en Benidorm, un apartamento, llave en mano, en la playa de Poniente, con el 100% de financiación, que antes costaba 182.600 euros, ahora se comercializa por 124.080.

La promotora TM vende dos dormitorios, junto a los campos de golf de Villamartín y Campoamor, en Orihuela Costa, por 103.000 euros. Incluso hay promociones en las que se ha vendido la mitad de las viviendas en menos de un año y con las obras en marcha. Es el caso de los apartamentos de diseño, en la urbanización Los Altos, a unos minutos de la playa de Punta Prima, también en Orihuela Costa, desde 122.900 euros.

Marsol Internacional vende en Torrevieja desde 79.000 euros; en Benidorm, a partir de 99.000 euros, y en Guardamar del Segura, desde 110.000 euros. Y si de tirar los precios se trata, hay que mirar en la cartera de la banca. En San Jorge-Vinaròs, CatalunyaCaixa vende adosados a estrenar en una urbanización dentro del campo Golf Panorámica por 69.920 euros, 271 euros al mes.

También se cierran muchas ventas de segunda mano, de propietarios que han estrechado los precios y venden perdiendo dinero. Es muy habitual entre compatriotas británicos.

La Costa del Sol es otro de los destinos más buscados por el comprador. Aunque ya no es lo que fue. El pasado año, de las más de 9.000 viviendas vendidas en la provincia, solo 600 fueron adquiridas por no residentes. Una cifra muy lejana a la de 2006 —el mejor año para el sector hasta ahora—, en el que los internacionales compraron 4.600 de las 16.800 casas vendidas. “La bajada ha sido enorme. Hemos vuelto a los niveles de 1968 o 1969”, dice Ramón Dávila, presidente de la Asociación de Empresas de Turismo Residencial, Turismo Deportivo y Turismo de Salud de Andalucía, Promotur. A pesar de ello, la situación se ha estabilizado gracias a los compradores de villas caras o muy caras. El mercado está liderado por los procedentes de Arabia Saudí, Emiratos Árabes y Rusia, que compran en el triángulo de oro de Marbella, Estepona y Benahavís a precios de entre dos y 10 millones de euros.

Málaga, un 30% menos

 Hay viviendas en venta en el 90% de las promociones terminadas desde 2006 en la Costa del Sol, y las situadas en zonas con alta concentración de oferta han bajado precios en torno al 30%. Jones Lang Lasalle vende, desde 80.500 euros, en el residencial Herencia de Casares, compuesto por 54 apartamentos.

Hay promociones en venta a lo largo de toda esta costa: Torrox, Estepona, Mijas... También hay mucha vivienda procedente de embargos. Un ejemplo: en la urbanización Montemar, en Torremolinos, se venden bungalós de dos dormitorios por 74.000 euros.

En Murcia, en los desarrollos de Polaris World los precios han caído hasta los 82.326 euros en Condado de Alhama, en primera línea de campo de golf. Las villas de dos dormitorios salen por 240.000 euros.

En Almería, TM vende Mar de Pulpí, en San Juan de los Terreros. Tienen entre 66 y 179 metros y cuestan desde 113.200 hasta 297.000 euros. Key Mare liquida su stock de viviendas en primera línea desde 90.000 euros. En Vera, un apartamento de dos dormitorios cuesta 130.900 euros.

Una de las zonas turísticas residenciales por excelencia de Huelva es Isla Canela, en Ayamonte. Están en venta cinco promociones, en primera línea de playa y de campo de golf, con pisos de uno a tres dormitorios, a precios que parten de 101.000 euros, llave en mano, señalan en Pryconsa.

Rumbo a Cádiz, en Costa Ballena (Rota), se venden viviendas en distintas urbanizaciones. Se pueden encontrar tres dormitorios y 110 metros a precios de entre 175.000 y 195.000 euros. en el área de la bahía de Cádiz hay para todos los bolsillos: desde 108.405 euros en el Puerto de Santa María, o por 109.000 euros en Chiclana de la Frontera.

Girona y Tarragona concentran la mayor parte del stock, sobre todo en municipios costeros, dicen en la Asociación de Promotores de Barcelona. A lo largo de toda la línea costera hay viviendas pendientes de venta. Aunque con una ventaja: excepto en el sur de Tarragona, se trata de pequeños edificios, no macrourbanizaciones, que comienzan a venderse, algunos, como primera vivienda. En Girona, el barcelonés y el francés compran en la Costa Brava, desde Platja d’Aro hasta Palafrugell, Lloret de Mar, Blanes, Roses o L’Escala. Los precios medios van desde 150.000 hasta 180.000 euros, señala Josep Donés, secretario general de la Asociación de Promotores de Girona.

Rumbo a la isla de Mallorca, en el residencial Pinars de Murada R-1, en Cales de Mallorca, se venden bungalós de dos dormitorios, villas pareadas e independientes con parcela. TM las entrega en julio de 2012. Los precios parten de 160.500 euros y llegan hasta 320.000 euros. En Menorca hay pocas promociones. En el área de Ciudadela, Solvia vende viviendas y dúplex a 200 metros del mar desde 119.000 euros.

En la isla canaria de Fuerteventura hay precios atractivos. En Caleta de Fuste se comercializan apartamentos de dos dormitorios, ya terminados, en el residencial Miramar, con vistas al mar y junto a dos campos de golf, desde 62.500 euros. En Costa Calma, a 50 metros de la playa, hay ofertas por 79.000 euros.

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Sobre la firma

Sandra López Letón
Redactora especializada en el sector inmobiliario, del que informa desde hace más de dos décadas. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en EL PAÍS. Actualmente, escribe en el suplemento de información económica 'Negocios'. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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