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Rato pide más acuerdos con el Gobierno para que fluya la liquidez a las empresas

El presidente de Bankia advierte de que exigir más capital a las entidades puede influir en la reducción del crédito

Íñigo de Barrón
El presidente de Bankia, Rodrigo Rato.
El presidente de Bankia, Rodrigo Rato. EFE

La falta de crédito paraliza la economía española y acentúa más la recesión. Las entidades financieras están señaladas como culpables por los 67.000 millones que han caído los préstamos a empresas y familias. Con este problema de fondo, el presidente de Bankia, Rodrigo Rato, pidió hoy nuevos acuerdos entre el Gobierno y las entidades financieras para “repartir de forma equitativa los costes de las medidas y optimizar la liquidez”.

La propuesta llega tras el anuncio del Gobierno con la banca para financiar a los proveedores de las Administraciones Públicas con 35.000 millones. En la clausura del Encuentro Financiero Internacional, organizado por Bankia y EL PAÍS, Rato afirmó que el objetivo es “evitar que la sequía de los canales de financiación termine dañando irremediablemente al tejido productivo”, y recordó que ninguna entidad está ahora dando crédito.

“Unas porque no pueden y otras porque no quieren, el resultado es el mantenimiento sin cambio del statu quo. No vale hablar de que el problema del crédito solo lo tienen los clientes de un tipo de entidades”, advirtió en velada alusión a las críticas de que son las cajas de ahorros las que han cerrado el grifo del crédito.

En varias ocasiones se refirió al pacto gubernamental, si bien no concretó más qué tipo de medidas propone. “Necesitamos diseñar una estrategia entre el Gobierno y el sector financiero que nos permita afrontar un entorno externo que no es previsible que cambie hasta después de las elecciones alemanas”, comentó. Consideró que estas reformas que propone “son imprescindibles para aumentar el crecimiento potencial a medio plazo, pero en un contexto de liquidez como el actual, sus efectos sobre la confianza a corto plazo van a ser limitados”.

En opinión de Rato, “todos los agentes nos debemos involucrar en medidas coordinadas a corto plazo que permitirán aumentar la capacidad de financiación”. El camino a seguir es el esquema establecido por el Gobierno para el pago de proveedores porque “todo el mundo gana. Las Administraciones Públicas, las empresas que tienen amenazada su viabilidad y las entidades financieras que facilitan soluciones a los clientes”.

Desde su posición de ex director gerente del FMI, Rato hizo una visión crítica de algunas medidas internacionales sobre el sector financiero. En concreto destacó la falta de tiempo que han tenido las entidades para incrementar su capital, por la aceleración de calendarios, y los cambios de criterios en la concepción de los recursos propios de la banca. “La definición de entidad solvente ha cambiado cuatro veces en poco más de 18 meses”, recordó. “El binomio crédito-capital debería despertar entre los reguladores las mismas reacciones que la austeridad fiscal y el crecimiento entre los inversores”, dijo.

A continuación recordó que el crédito en España había caído un 10% del PIB en los dos últimos años, aunque “se mantiene en niveles altos”. “La falta de crédito es el nudo gordiano de la economía española. Como acompasar el necesario desapalancamiento, con una evolución del crédito que implica una caída todavía más intensa de la actividad”, afirmó.

El que fuera vicepresidente económico con el Gobierno de José María Aznar hizo numerosas referencias al “complejo contexto externo” y advirtió que a corto plazo todo seguirá marcado por la débil recuperación de la economía europea, la crisis soberana y la lenta normalización de los mercados mayoristas. “No podemos ser excesivamente optimistas y esperar, sin más, sorpresas positivas en el ámbito europeo”, comentó.

En este capítulo, entró en el problema español con la fijación del objetivo de déficit. “El timing en economía es muchas veces tan importante como las propias decisiones. El reciente objetivo de déficit público anunciado por nuestro Gobierno es un claro ejemplo de la importancia del timing”. Rato avisó de que “no se pueden ajustar los balances de todos los agentes rápidamente y a la vez, pues se produciría una fuerte contracción de la actividad. La senda del ajuste debe ser compatible con una recuperación de la economía. El crédito debe seguir fluyendo hacia sectores y empresas con proyectos rentables”.

El presidente de Bankia, una marca que acaba de cumplir 12 meses, afirmó que la entidad será un apoyo a la recuperación gracias a tres factores: su tamaño (con 300.000 millones de activo y 11 millones de clientes), la fortaleza obtenida por la salida a Bolsa y la rápida capacidad de integración que ha demostrado en oficinas y plantillas. Rato advirtió que ese ejercicio de adelgazamiento es al que se “tendrán que enfrentar, tarde o temprano, todas las entidades”.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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