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El Eurogrupo descarta hoy cerrar un acuerdo "definitivo" sobre Grecia

Lo más probable es que se produzca algún principio de acuerdo pero no un pacto definitivo

Trabajadores de la Corporación Pública de Electricidad protestan en Atenas
Trabajadores de la Corporación Pública de Electricidad protestan en AtenasALKIS KONSTANTINIDIS (EFE)

Paños calientes. El acuerdo entre los tres partidos que forman la coalición de Gobierno en Grecia se ha hecho esperar y en realidad llega varios días después de una de esas fechas límites que suele fijar la UE y casi nunca se cumplen. Ahora, la eurozona amaga con pagar con la misma moneda: la convocatoria del Eurogrupo para esta tarde no significa que los ministros de Finanzas de la eurozona vayan a dar luz verde de inmediato al nuevo plan de rescate para Grecia, de al menos 130.000 millones de euros, imprescindible para dar aire a Atenas. "No va a haber decisión esta noche", ha dicho a su entrada a la reunión Wolfgang Schäuble, ministro alemán de Finanzas. En la misma línea se han expresado Holanda y sobre todo el presidente del Eurogrupo, el luxemburgués Jean-Claude Juncker. Lo más probable es que se produzca algún principio de acuerdo --como suele ser habitual últimamente en todo lo relacionado con Grecia--, pero que el pacto definitivo para liberar el nuevo plan de rescate no llegue hasta más adelante, cuando se constate que Grecia ha cumplido con su parte del trato aplicando una nueva cura de austeridad.

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Los ultimátums de Europa para que los partidos griegos aprobaran los recortes (un paquete de 3.300 millones de euros que se añade a los sucesivos tijeretazos de los dos últimos años) tenían un triple objetivo. Por un lado, Atenas necesita el nuevo plan de ayuda, que podría ascender a unos 150.000 millones de euros, ante la constatación de que el anterior no es suficiente dada la profunda recesión que atraviesa Grecia. Además, El Ejecutivo de Lucas Papademos tiene que hacer frente a un vencimiento de deuda de 14.400 millones el 20 de marzo, que no podría satisfacer sin la ayuda internacional. Por último, el Gobierno heleno negocia con la banca internacional su participación en la reestructuración de deuda: un intercambio "voluntario" de bonos con un recorte del 70%, equivalente a unos 100.000 millones de euros.

El endeudamiento de Grecia asciende al 160% del PIB, unos 350.000 millones. Con esa medida, se reduciría a un 120% del PIB, un listón que se considera sostenible. Grecia ha asegurado que ya hay un principio de acuerdo "técnico" con el sistema financiero.

El capítulo final sobre Grecia se acerca, pero sigue sin estar del todo claro. No hay un camino sencillo, las instituciones europeas se empeñan en circunvalar la solución para Atenas. Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE), ha contribuido hoy a alimentar esa percepción: no acaba de enseñar su mano en la partida de póker griega, aunque sí muestra alguna de sus cartas.

Draghi ha descartado que el Eurobanco vaya a participar directamente en el acuerdo con la banca para aliviar la carga de la deuda helena, pero ha dado a entender que podría contribuir por una vía indirecta: "Si el BCE da dinero a los Gobiernos, eso es financiación monetaria [de los déficits, algo terminante prohibido por los tratados]. Pero no lo es si distribuye parte de sus beneficios a los países miembros". Traducción libre: el BCE no asumirá pérdidas en sus bonos griegos, pero sí podría distribuir una parte de los beneficios (la deuda griega paga altísimos tipos de interés) a la eurozona para que a su vez ésta financie sus ayudas a Grecia, como contrapartida del draconiano plan de recortes aprobado hoy en Atenas.

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