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El convenio de la construcción abre el camino a la congelación salarial

El acuerdo flexibiliza las condiciones para que las empresas dejen de aplicar los mínimos previstos

Sindicatos y empresarios han firmado tras meses de negociación el convenio general de la construcción, un acuerdo que fija las condiciones de trabajo, sueldos y resolución de conflictos laborales para 1,3 millones de ocupados durante el periodo 2012-2016. Según el texto pactado, la patronal logra sacar adelante su anhelada congelación salarial para este año en el sector más golpeado por la crisis y que acumula cuatro años de deterioro.

También, en un cambio frente a convenios anteriores, se flexibilizan las condiciones para que las empresas puedan incumplir sus disposiciones (cláusula de descuelgue) en caso de una caída en las ventas. El acuerdo de la construcción es importante en tanto en cuenta es una referencia a la hora de negociar el resto de convenios en los otros sectores.

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Los trabajadores de la construcción vieron como su sueldo subía un 1% en enero de 2011 dentro de un acuerdo que también incluía un incremento a final de año equivalente a la inflación, que en el año pasado aumentó un 2,4%, según el Índice de Precios al Consumo (IPC). Sin embargo, con vistas a facilitar las negociaciones, los sindicatos han aceptado sacrificar parte de la subida correspondiente a la inflación.

En concreto, los sueldos aumentarán un 1% con cargo al IPC de 2001 y permanecerán congelados en 2012, tal y como reclamaban los empresarios ante la previsible recaída en la recesión. Si al final del presente ejercicio la inflación supera el objetivo oficial del 2%, las cláusulas de revisión se pondrán en marcha con un repunte equivalente a la desviación del IPC sobre este límite.

Para el resto de años en los que estará vigente el acuerdo, las partes han acordado negociar año a año la subida salarial, lo que también aporta otro elemento de novedad en el V Convenio General del Sector de la Construcción.

Sobre la cláusula de descuelgue, aunque el texto firmado hoy sigue siendo el "rector y director de las relaciones laborales y vertebrador del sector", las empresas que sufran un recorte de su facturación o un descenso en las ventas del 12% podrán dejar sin aplicar las condiciones que fija el acuerdo sectorial sobre salario y condiciones de trabajo, distribución de la jornada, horarios, turnos y movilidad funcional. Este hecho también va en la línea de las propuestas de la patronal y el Gobierno, que abogan por dar más peso a los convenios de empresa para aumentar su flexibilidad con vistas a adaptar sus condiciones de trabajo a la situación del mercado.

En este punto, el acuerdo sigue "respetando los ámbitos de negociación inferiores, y especialmente el provincial". Aunque este último se queda con menos contenido al tener capacidad de decisión sobre menos aspectos, como los periodos de prueba.

El objetivo del sacrificio realizado por los sindicatos en el acuerdo es, según concluye el texto, "dar certeza, seguridad jurídica y homogeneidad a las condiciones laborales del sector, y sentar las bases para que pueda recuperar sus cotas de empleo y de actividad económica en un plazo razonable". El acuerdo, añaden ambas partes, hace "un importante esfuerzo en moderación salarial, se estructura el sector de una manera homogénea y se dota a las empresas de flexibilidad para poder adaptarse a las nuevas circunstancias que estamos viviendo a través de la novedosa cláusula de implicación o descuelgue".

En la imagen, un edificio en construcción.
En la imagen, un edificio en construcción.EFE

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