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La crisis del euro

España logra rebajar a menos de la mitad el interés por colocar su deuda

El Tesoro vuelve a superar holgadamente el objetivo máximo en su última emisión del año con 5.640 millones gracias a la subasta de liquidez extraordinaria de mañana del BCE

España ha cerrado hoy su calendario de emisión de 2011 por todo lo alto. Por tercera subasta consecutiva, el organismo dependiente del Ministerio de Economía ha logrado superar holgadamente el objetivo máximo de la colocación al vender 5.640 millones, más de 1.000 frente a los 4.500 previstos. Y, lo que es más importante, con un espectacular descenso en sus rentabilidades.

En concreto, si hace un mes el Tesoro se vio forzado a comprometer una rentabilidad máxima del 5,328% en sus letras a seis meses, hoy le ha bastado con ofrecer un tipo marginal (el último antes de cerrar la subasta) del 2,530% para captar el interés de los inversores. Con estas letras ha captado 1.922 millones. A tres meses, con las que ha colocado otros 3.717 millones, el salto es del 5,220% del 22 de noviembre al 1,880%. En cuanto a la demanda, las solicitudes han más que triplicado la oferta con 18.400 millones y se han centrado principalmente en los títulos con vencimiento en marzo con 10.632 millones.

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Este fuerte recorte ha sido posible gracias a la importante mejora acumulada en la rentabilidad de todos los tramos de deuda española que cotizan en el mercado secundario, donde se intercambian los títulos una vez emitidos, desde que el BCE anunció sus nuevas medidas de liquidez en el arranque de diciembre. Hoy, la recuperación se prorrogaba. El mejor ejemplo de ello se veía en la prima de riesgo (el diferencial entre la rentabilidad exigida a los bonos a 10 años españoles frente a los alemanes), que ha bajado en hasta 14 puntos básicos hasta los 314. Desde que la autoridad monetaria del euro anunció sus planes el pasado día 8, el recorte se amplía a unos 65 puntos.

En el resto de bonos que cotizan en el secundario, los intereses, que son el mejor termómetro para evaluar el nivel de desasosiego de los inversores, también bajaban considerablemente. A cinco años, el interés de la deuda se mueve sobre el 4,38% cuando la pasada semana arrancó en el 5,5%; a tres años pasa del 5,020% al 3,48% y, a dos, ha logrado reducirse del 4,6% al 3,2%.

Los bancos están a la espera de la primera de las dos subastas a tres años que el Banco Central Europeo (BCE) celebrará mañana y que va a suponer una fuerte inyección de liquidez. La expectativa ha movido a las entidades a comprar mucha deuda pública, dada la alta rentabilidad que ofrecen estos títulos y los bajos tipos que pagan por los préstamos del BCE. Según el promedio de analistas consultados por Reuters, las entidades financieras obtendrán 250.000 millones de euros.

En dinero contante y sonante, el BCE cobra a la banca por sus préstamos un 1% de interés, el precio oficial del dinero, mientras invertir en deuda pública les reporta intereses superiores y a un plazo inferior. El propio presidente del BCE, Mario Draghi, reconoció en una entrevista al Financial Times que es posible que los bancos utilicen los préstamos del BCE para comprar deuda pública.

Gracias a esta recuperación del apetito por la deuda pública, el Tesoro colocó en la subasta de la pasada semana más de 6.000 millones, el doble del objetivo máximo fijado gracias a los bancos y, en menor medida, al incremento del interés de los particulares por los títulos de deuda del Estado dadas sus altas rentabilidades. Gracias a este sobresfuerzo del organismo dependiente de Economía, alentado precisamente por el recorte de intereses frente a las emisiones realizadas durante la fase de turbulencias generada por el temor a una ruptura de la eurozona, España había llegado a esta última subasta del año con sus objetivos para todo el año cubiertos. Con ello, hace caja en prevención de un eventual recrudecimiento de la situación de los mercados de deuda pública en 2012.

Sin embargo, pese al balance muy positivo de la emisión, los particulares que hayan acudido a la subasta se habrán sentido un tanto decepcionados en términos de rentabilidad, ya que si esperaban obtener el 5% a tres y seis meses que se pagó hace un mes, se han tenido que contentar con mucho menos. Las peticiones de los minoritarios se presentan como no competitivas, esto es, que no tienen un precio mínimo a partir del cual están dispuestos a comprar. Por tanto, son los primeros en pasar por caja y a ellos se les atribuyen las letras que pagan el interés más bajo de la subasta.

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