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Un tesoro bursátil oculto en un país de depósitos

Un estudio de BME demuestra que a largo plazo la renta variable es más rentable que los bonos y los productos bancarios

España es un mercado financiero básicamente de depósitos (o mejor dicho, un país de depósitos siempre y cuando los principales bancos y cajas no decidan que conviene colocar otro producto a sus clientes). Esta cultura del dinero no casa muy bien con los intereses de BME. El gestor bursátil español vive del volumen de contratación en los mercados que administra, principalmente en el de renta variable. En un intento por demostrar las bondades de invertir en acciones, el servicio de estudios de BME ha presentado hoy un estudio sobre el rendimiento histórico de la Bolsa y otras alternativas de inversión. La principal conclusión es que en el largo plazo, la inversión en acciones es, de largo, la que mayor rentabilidad ofrece.

Para ilustrar esta teoría, Domingo García Coto, responsable del servicio de estudios, pone un ejemplo muy gráfico: una inversión de 100 euros en el índice total de la Bolsa española en enero de 1980 se habría convertido en 9.254 euros en junio de 2010 (rentabilidad media anual acumulativa del 16%). En este periodo, los dividendos reinvertidos, proporcionarían un rédito anual añadido del 5,25%. Si esos 100 euros se hubieran invertido en bonos a 10 años, pasados tres décadas se habrían convertido en 2.576 euros (tasa de rendimiento anualizada del 11,27%); mientras que se esa cantidad se hubiera destinado a depósitos a corto plazo, el ahorrador tendría ahora sólo 1.264 euros (interés anualizado del 8,7%).

Haciendo este ejercicio, pero descontando al inflación, el inversor en Bolsa tendría un rendimiento real medio anual acumulativo del 10% (o lo que es lo mismo, esos 100 euros invertidos en 1980 equivaldrían ahora a 1.862 euros); el ciudadano que hubiera apostado por la deuda a largo plazo tendría un rédito anualizado del 5,86% (es decir, sus 100 euros serían hoy 518 euros); mientras que el ahorrador más conservador que hubiera optado por los depósitos a corto plazo tendría una ganancia anual de solo el 3,12% (sus 100 euros serían hoy 254 euros).

"Los estudios referidos a la evolución de los principales mercados bursátiles mundiales y la Bolsa española en particular muestran que, a largo plazo, la rentabilidad de la inversión en Bolsa remunera el riesgo asumido con rentabilidades adicionales", concluye García Coto.

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