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Telefónica firma el acuerdo con Portugal Telecom para comprar Vivo por 7.500 millones

El pago se realizará en un primer plazo de 4.500 millones y otros dos de 1.000 y 2.000 millones hasta otoño de 2011.- Telefónica desembolsará otros 800 millones para controlar al operador brasileño

La negociación ha dado sus frutos. Telefónica ha firmado hoy un acuerdo con Portugal Telecom (PT) para comprar su 50% de Brasilcel, la sociedad que controla Vivo, según ha revelado hoy EL PAÍS y ha confirmado la operadora española a la CNMV a media mañana. El acuerdo, que pone fin así a una batalla empresarial que ha durado más de dos meses, se ha cerrado en 7.500 millones de euros en efectivo, cuyo pago se realizará en tres plazos . La operación tiene el visto bueno del Gobierno portugués que preside José Sócrates.

Las acciones de Portugal Telecom han sido suspendidas en Bolsa hasta media sesión, cuando han regresado al parqué con una fuerte subida del 6%, mientras las de Telefónica han abierto al alza y, a las doce de la mañana, subían un 0,6%. En la Bolsa de São Paulo, los títulos de Vivo -que ha ganado un 36% más en el primer semestre con 185 millones de euros- se han disparado y, a la media hora de cotización, subían un 20%.

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La operación, según ha concretado Telefónica a media jornada en una segunda nota a la CNMV, tras confirmar "un principio de acuerdo" antes de la apertura de las Bolsas, se llevará a cabo en tres pagos. El primero, de 4.500 millones, se realizará en cuanto se cierre la venta; el segundo, de 1.000 millones, tendrá lugar el 30 de diciembre de 2010, mientras los 2.000 millones restantes se abonarán el 31 de octubre de 2011. Sin embargo, aquí no acaba el desembolso que la compañía de César Alierta planea sobre Vivo, ya que también ha anunciado que lanzará una opa sobre el 3,8% de las acciones ordinarias de la empresa brasileña, las únicas que actualmente no tiene Brasilcel. Esta segunda operación, que le asegura el control del operador ya que el 36,2% restante de su capital está en acciones preferentes sin derechos políticos, le costará 800 millones de euros.

Por su parte, la compañía portuguesa, según ha comunicado en una nota al regulador luso, aprovechará la mitad de los recursos que obtenga por la venta de Vivo para entrar en la también brasileña Oi, que tiene 36,6 millones de clientes, a través de una ampliación de capital con la que pasará a controlar hasta un 22,38% del operador suramericano con una inversión máxima de 3.650 millones de euros.

El acuerdo de compraventa, que se alcanzó anoche y ha sido firmado hoy, establece que la operación se cerrará en un plazo no superior a 60 días, un periodo en el que Telefónica confía en obtener la autorización de las autoridades brasileñas. Una vez concluida la venta, ambas compañías disolverán Brasicel, aunque, según añade la nota, no descartan formar una alianza industrial para seguir colaborando en áreas como I+D o el apartado de compras pese a que se convertirán en competidoras en cuanto PT entre en Oi. Por último, el pacto también prevé la posible adquisición por parte de la compañía española de la sociedad brasileña Dedic, propiedad del operador portugués y responsable de los servicios de atención al cliente de Vivo.

350 millones más

El precio final de la oferta es 350 millones superior al que fue aceptado por la junta de accionistas del pasado 30 de junio, pero que fue vetado por el Estado portugués mediante la acción de oro, declarada luego ilegal por el tribunal de la UE.

Aunque el 16 de julio se dieron oficialmente por rotas las negociaciones, los contactos han persistido y al final han fructificado. El objetivo último de Telefónica es fusionar Vivo con Telesp, su operadora de telefonía fija, para convertirse en el primer operador del país con 69,2 millones de clientes. Con este movimiento superará a Oi y a las operadoras del mexicano Carlos Slim (América Móvil y Claro). Sin embargo, la integración no se hará de forma inmediata y de momento ambas compañías seguirán operando de forma independiente, añaden en fuentes del mercado.

Telefónica ha optado finalmente por la vía del "diálogo y el entendimiento", como le pidió el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. La compañía española amenazó con instar la disolución de Brasilcel, pero sus servicios jurídicos eran conscientes de que el pacto solo preveía la ruptura de mutuo acuerdo, de modo que un arbitraje hubiera supuesto un proceso largo y de resultado incierto. La operación se ha cerrado finalmente dentro de los 12 días extra que PT había pedido a Telefónica para negociar y que la española, oficialmente, había rechazado.

"Estamos muy satisfechos de haber alcanzado este acuerdo con Portugal Telecom que beneficia a los accionistas de ambas compañías", ha afirmado hoy César Alierta antes de destacar que "se trata de una oportunidad única de creación de valor". Además, ha destacado que su interés por Brasil, país con 192 millones de habitantes y una sociedad muy receptiva a las nuevas tecnologías, es "una apuesta decidida de futuro".

Visto bueno para entrar en Oi

El acuerdo se alcanzó anoche tras contactos al máximo nivel durante todo el día entre los ejecutivos de las empresas. Previamente, Luiz Inácio Lula da Silva había dado a Sócrates la venia para que PT entrase en el capital de Oi, controlada por el estado brasileño. A cambio, Telemar, matriz de Oi, se reserva la posibilidad de adquirir hasta un 10% de la lusa.

La oferta final es un 31,5% superior a la de 5.700 millones que presentó el pasado 6 de mayo. A principios de junio ya había subido la oferta a 6.500 millones y la víspera de la junta, la elevó a 7.150 millones. Finalmente, los gestores de PT han logrado para sus accionistas 1.800 millones más de los que Telefónica ofrecía inicialmente. Junto a ello, también se garantiza mantener su presencia en Brasil a través de Oi, operador líder en el país sudamericano y la cuarta empresa del mercado del móvil con una cuota del 20% frente a algo más del 30% de Vivo, primero en ese segmento.

Telefónica quería tenerlo todo listo para el cierre de la operación. Por ello, ha cerrado el préstamo de 8.000 millones que negociaba con varios bancos, bajo la coordinación de Citigroup, informó Reuters. El crédito se divide en dos tramos. La mayor parte, 5.000 millones, tiene un vencimiento a tres años, y un margen de 65 puntos básicos sobre el Euríbor. El segundo, de 3.000 millones, está suscrito a cinco años, a un interés de 80 puntos básicos sobre el interbancario. El préstamo, que se ha cerrado con sobresuscripción y se podría formalizar en días, servirá para financiar la compra de Vivo.

Fachada de la sede de Vivo.
Fachada de la sede de Vivo.REUTERS

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