_
_
_
_
_

¿Qué hemos aprendido de la huelga?

El caos provocado por la huelga de Madrid muestra la eficacia habitual del metro.- Sin suburbano, la bicicleta y desplazarse a pie parecen la mejor solución en una ciudad saturada de vehículos.- El Ayuntamiento no propone alternativas para mejorar la movilidad

Salir de casa hoy en Madrid se ha convertido en un infierno para millones de personas. Para los que habitualmente utilizan el metro (2,2 millones de desplazamientos diarios en la red) y para los que lo hacen en coche en una ciudad cuyas vías en hora punta no soportan más vehículos de los que habitualmente tienen. La huelga de Metro, con todos los trenes parados, ha puesto al descubierto algo que muchos madrileños ya sospechaban: Madrid sin suburbano es como avanzar por una jungla sin machete.

"Si la ciudad funciona es gracias a que tenemos un metro como el que tenemos", señala Álvaro Fernández, ingeniero de caminos e investigador de TRANSyT, un centro de la Universidad Politécnica de Madrid especializado en el análisis del transporte y la movilidad. "La huelga visibiliza la gran cantidad de desplazamientos que se realizan y que no vemos porque se hacen bajo tierra", asegura. La ciudad cumple "la regla de los tres tercios: uno viaja en coche, otro a pie y otro en transporte público".

Más información
Los empleados de Metro pactan bajarse un 1% el sueldo y acaban con los paros

"Impedir que las ciudades se desborden"

También alaba la eficacia del metro madrileño Fernando Ortiz, vocal de la Junta de Gobierno del Colegio de Arquitectos de Madrid. Para este arquitecto con 40 años de experiencia lo sucedido esta mañana entra dentro de la normalidad en una metrópoli como Madrid: "No hay ciudad que lo resista, no es un problema urbanístico". Por eso, para Ortiz la única solución posible desde el urbanismo "sería impedir que las ciudades se desborden". ¿Y si ya lo están? "Veo imposible hacer una población de más de un millón de habitantes en la que el transporte público no sea fundamental", señala.

Fernández sí lamenta, en cambio, el "modelo bipolar" que el Ayuntamiento ha consagrado en la ciudad al dedicarse a peatonalizar el centro a la vez que acomete grandes proyectos que fomentan el uso del coche como las obras de la M-30. "Esta huelga nos puede dar la posibilidad de pensar cuáles son las alternativas que tenemos [para desplazarnos] y cuál nunca lo es", señala.

La que nunca lo es, obviamente es el coche. Al menos usado de manera individual. "Si todos hubieran compartido el uso del coche con cinco personas la situación hoy no hubiera degenerado", señala el investigador en alusión a los atascos vividos esta mañana en la capital española. Algo que más de uno se ha visto forzado a practicar en los taxis (compartiendo espacio y de paso factura) ante la insuficiente oferta para tanta demanda.

Entre las alternativas que señala Fernández, lógicamente se encuentran ir a pie (en distancias cortas) y la bici: "El 40-50% de los desplazamientos son en distancias menores a los cuatro kilómetros, que son fácilmente sustituibles por el transporte en bicicleta". Sin embargo, y a tenor de lo visto en las principales avenidas y en las paradas de autobús, llegar al trabajo pedaleando no ha sido hoy la solución escogida por un número significativo de afectados. En Madrid se realizan 45.000 desplazamientos diarios en bicicleta, un 0,6% del total de viajes y una cantidad irrisoria en comparación con otras ciudades europeas (en Londres, una de las más rezagadas, es el 5%), según el Informe sobre el Estado de la Movilidad de la Ciudad de Madrid 2009. Los vehículos privados copan el 38% de los desplazamientos y cada día circulan más de 2.400.000 vehículos por la ciudad, según el citado informe.

La bici, "marginal"

Iñaki Díaz de Etura, portavoz de la asociación Pedalibre, que promueve el uso de la bici, cree que el escaso éxito de este medio de transporte se encuentra en algunos prejuicios arraigados en la mayor parte de la gente -"moverse en bici se considera marginal"- pero sobre todo a la falta de iniciativa pública. En ese sentido, recuerda las últimas protestas en el metro de Londres, donde las autoridades municipales recomendaron a sus ciudadanos que cogieran la bici. "En Londres tomaron partido. En Madrid no ha habido nada de esto".

Para Díaz de Etura sería muy importante contar con "un ente con capacidad de difusión y con autoridad moral" que fomentara el uso de la bici y lamenta la "oportunidad perdida". Sin embargo, el Ayuntamiento de Madrid, al que corresponden las competencias en materia de gestión del tráfico dentro de la ciudad, ha preferido observar desde un segundo plano el enconado conflicto laboral entre los trabajadores del suburbano y otra administración de su mismo signo político: la Comunidad de Madrid. La Concejalía de Seguridad y Movilidad del Consistorio madrileño ha declinado efectuar declaraciones para este reportaje.

Mientras tanto, el portavoz de Pedalibre se conforma con repetir algo que dicen "todos los días" aunque con más énfasis si cabe. "Animamos a la gente a que pruebe la bici, especialmente ahora que hay una carencia en movilidad y transporte". El principal argumento a favor de la bici para Díaz de Etura es que "casi todo el mundo tiene una bici en casa y ahora podría usarla".

Para Fernández, que también va al trabajo en la Universidad Politécnica dando pedaladas cada día, lo primero es eliminar "la idea de que coger la bici es un infierno". "Yo veo que la gente que va en bici sonríe, mientras que mucha gente va en coche malhumorada". Por eso, se plantea si una pequeña parte del dinero empleado en grandes infraestructuras no podría destinarse al uso de la bici en una ciudad que ni siquiera cuenta con un servicio municipal de alquiler. Coincide con Díaz de Etura, eso sí, en una cosa: hoy no les ha afectado la huelga.

Una ciclista circula en la jornada de huelga ante una parada de autobús.
Una ciclista circula en la jornada de huelga ante una parada de autobús.ULY MARTÍN

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_