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Ford, GM y Chrysler piden 26.000 millones de euros al Congreso de EE UU para capear la crisis

El dinero público que reclaman los tres gigantes sobrepasa el importe previsto por los demócratas y no impedirá despidos y cierre de fábricas

Los gigantes del sector del automóvil estadounidense General Motors (GM), Ford y Chrysler han presentado este martes ante el Congreso de Estados Unidos sus respectivos planes de viabilidad para evitar la quiebra y sortear la crisis que amenaza una de las industrias más importantes del país. En total, los tres fabricantes de Detroit han elevado sus reclamaciones hasta 34.000 millones de dólares (más de 26.000.000 millones de euros), una cantidad que excede en 9.000 millones el importe que los congresistas estaban debatiendo para salvar a un sector en el que trabajan cinco millones de personas pero que no impedirá recortes de personal y cierre de fábricas.

En el mismo día que se ha publicado que las ventas han sufrido su peor mes en 26 años, GM ha solicitado un préstamo de 12.000 millones de dólares (cerca de 9.500 millones de euros) necesario para mantener su liquidez. Este plan prevé una mayor producción de vehículos con menor consumo y más eficientes, recortes de personal, una reducción de los salarios y de la compensación de los ejecutivos, una reestructuración de su capital y una mayor consolidación de sus operaciones, al mismo tiempo que no descarta cerrar las plantas menos rentables. La empresa ha explicado que el plan hará de GM una empresa "más eficiente, más competitiva, que sea más rentable y autosuficiente". Además del "préstamo puente", GM también solicita una línea de crédito de 6.000 millones de dólares para tener suficiente liquidez en caso de que se deterioren las condiciones actuales.

Para acallar las críticas, en esta ocasión los ejecutivos han optado por viajar a Washington en los modelos híbridos más representativos de las marcas en lugar de sus aviones privados
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El fabricante quiere recibir la primera partida de 4.000 millones de dólares este mismo mes, y ha dicho que prevé comenzar a pagar el préstamo federal a partir de 2011. El plan de GM incluye, asimismo, una reducción de su plantilla laboral, de sus marcas, y de sus instalaciones para el año 2012.

La solicitud de un total de hasta 18.000 millones de dólares (alrededor de 14.000 millones de euros) incluida en el plan de reestructuración se produjo varias horas después de que Ford pidiera al Congreso hasta 9.000 millones de dólares (7.000 millones de euros) e informara de que espera tener ganancias en 2011.

Pero la verdadera apuesta de Ford, la menos 'tocada' de las tres grandes pero que está en serios problemas que le han llevado a plantearse la venta de Volvo, es la de las energías limpias y las tecnologías verdes: la compañía destinará 11.000 millones a coches eléctricos y a mecanismos de eficiencia de energía en los próximos siete años.

Además, la empresa ha supeditado su propia supervivencia a que lo haga también la competencia (Chrysler y General Motors) y ha defendido el plan de rescate "por el bien de la nación". Hoy se ha sabido que las ventas de Ford en EE UU habían bajado un 30%%.

Chrysler, la más pequeña de las tres, ha sido la última en presentar su plan de rescate, que ha cifrado en 7.000 millones de dólares (5.500 millones de euros). La empresa espera recibir ese préstamo a más tardar el próximo 31 de diciembre.

Los demócratas siguen con dudas

La solicitud de ambas empresas -Chrysler aún debe presentar su propio plan- excede los 25.000 millones de dólares (19.600 millones de euros) que los demócratas han estado debatiendo entre bambalinas para el sector automotriz mientras la Casa Blanca, que hasta ahora se había mostrado reticente a aumentar esta cifra, ha empezado a presionar a los congresistas para que den autoricen una ampliación de este fondo.

GM ha presentado el plan poco después de informar de una caída del 41% en las ventas de noviembre, y de subrayar la urgencia que tiene la empresa, junto a Ford y Chrysler, de recibir ayuda del Congreso. Sin embargo, en sendas audiencias el mes pasado, ninguno de los máximos ejecutivos de los Tres Grandes de Detroit logró convencer a los escépticos sobre la urgencia de aprobar un plan de rescate.

La jerarquía demócrata ha reiterado hoy que, antes de desembolsar dinero de los contribuyentes, las tres empresas tienen que justificar el uso del préstamo y cómo piensan utilizarlo para mejorar su competitividad y su viabilidad a largo plazo. El Congreso prevé celebrar audiencias este jueves y viernes, con la idea de someter a votación un plan de rescate la próxima semana mientras el Wall Street Journal informa de que los representantes políticos se han reunido con analistas bancarios y expertos en bancarrota para estudiar la posibilidad de que alguna de estas compañías se declare en bancarrota como condición previa a una ampliación de los fondos.

A favor de las empresas del sector puede pesar el hecho de que, frente a su anterior comparecencia, en esta ocasión los tres ejecutivos de GM, Chrysler y Ford han viajado hasta Washington no en sus respectivos jets privados, si no en coche. Concretamente en los modelos híbridos más representativos de sus respectivas marcas: un Chevrolet Malibu híbrido, un Ford Escape híbrido y un Chrysler S.U.V. también híbrido. En esta línea, tanto el presidente de Ford -que ha asegurado que venderá su avión privado- como el de Chrysler han anunciado que si se aprueban los préstamos reducirán sus salarios anuales a 1 dólar.

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