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Reportaje:

Periodista y pasajero espiado

Lufthansa usó los datos de un periodista que había escrito un artículo molesto usando sus datos como usuario

El espionaje, en parte a periodistas, que ha generado un escándalo en el caso concreto de Deutsche Telekom, no se limita al gigante de las telecomunicaciones y es una práctica generalizada en Alemania, según la revista Der Spiegel. Entre otras empresas, la revista cita a Lufthansa que usó la información que suministrados por un periodista para viajar en la citada aerolínea.

"Telekom no fue el único consorcio alemán con ademanes de sabueso. También la Bahn (Ferrocarriles), Post (Correos) y Lufthansa espiaron", señala la revista en un adelanto del informe sobre el asunto que publicará en su edición de la próxima semana.

Der Spiegel considera que las prácticas de espionaje reflejan la "paranoia" de muchos altos cargos que le han proporcionado negocios lucrativos a las firmas de seguridad privadas. A la cabeza de estas últimas está Control Risk, que aceptó encargos de parte de Telekom y parte de ellos los trasladó, según la revista, a la empresa Desa, que dirigían dos ex agentes de los servicios secretos de la extinta República Democrática Alemana (RDA), conocidos como la STASI.

Más información
Gran hermano Telekom

Los datos como pasajero

La aerolínea Lufthansa espió a un periodista del diario Financial Times Deutschland que había escrito un artículo que molestó a la empresa, con el propósito de identificar sus fuentes dentro del Consejo de Vigilancia.

La empresa, según la revista, utilizó los datos suministrados por el periodista como pasajero de Lufthansa. El periodista voló a Hamburgo, donde se encontró, en una sala de Lufthansa en el aeropuerto, con su informante. El consorcio confirmó el hecho a Der Spiegel, pero sostuvo que los datos de los pasajeros no tienen la misma protección que los telefónicos, por lo que no considera haber hecho nada ilegal.

La Deutsche Bahn, por su parte, pagó en 1998 a la empresa Network Deutschland, que desempeñó un papel importante en los casos de espionaje de Telekom, honorarios por valor de 800.000 euros. El consorcio, sin embargo, asegura que los trabajos encomendados a esa empresa no estaban dirigidos al espionaje externo sino a detectar posibles focos de corrupción dentro de la compañía.

Lo que Der Spiegel llama la nueva "paranoia" de los consorcios ha hecho que en Alemania aumente el número de agencias de detectives privados, que actualmente son cerca de 1.500. Cerca del 80 por ciento de los trabajos encomendados a esas agencias proceden de empresas y consorcios, aunque la mayor parte del papel se lo llevan los gigantes del sector como Control Risk o Kroll.

Estas, a su veces, suelen hacer subcontratos con pequeñas empresas o con personas particulares, entre las que Der Spiegel incluye incluso a periodistas independientes. Cita el caso de un periodista identificado como Detlev G. que escribía para dos diarios y recibió entre octubre y noviembre de 2004 más de 5.200 euros de honorarios por parte de Control Risk. Su misión era recoger información para determinar las razones que movía a algunos colegas suyos a ser críticos con determinadas empresas.

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