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España obtiene el apoyo de nueve miembros en su ofensiva contra la reforma de la PAC

La remodelación contempla una reducción de las ayudas y una desvinculación de las subvenciones de la producción

España ha conseguido hoy lo que buscaba, el apoyo de la mayoría de los miembros de la UE a su ofensiva contra la reforma de la Política Agrícola Común (PAC) propuesta la semana pasada por la Comisión. Hasta diez países, encabezados por España y Francia han rechazado una reforma calificada de "intransigente y manipuladora" por el ministro español de Agricultura, Miguel Arias Cañete, y que contempla una reducción de las ayudas y una desvinculación de las subvenciones de la producción.

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Francia, Irlanda, Italia, Grecia y Portugal ya presentaron críticas en julio de 2002 junto a España cuando el comisario de Agricultura y Pesca, Franz Fischler, presentó su propuesta inicial para reformar la PAC. La reforma recién adoptada incluye dos variaciones esenciales: la entrada en vigor de la reforma se realizará en 2006 y no en 2004 como quería Fischler, y la modulación de las ayudas es menos progresiva al establecerse una tabla de reducciones según los subsidios que recibió cada agricultor entre 2000 y 2002. Hoy, 10 países (España, Francia, Italia, Grecia, Austria, Luxemburgo, Portugal, Bélgica, Finlandia e Irlanda) han rechazado esta nueva remodelación.

El responsable español ha calificado de "simplista y manipuladora" la propuesta del comisario Franz Fischler, y entiende que "ha perdido coherencia y ha empeorado" respecto a las ideas lanzadas por la Comisión Europea en julio de 2002. En este sentido, Cañete cree que la propuesta es "arriesgada, excesiva e intransigente" ya que la desvinculación entre las ayudas y la producción no ha sido suficientemente constatada, con lo que propone que un desligamiento en la que un tramo de las ayudas permanezcan ligadas a la producción.

El ministro español afirma que la reforma "ha perdido coherencia" porque en las propuestas de julio se indicaba que el dinero obtenido por la reducción de ayudas iría al desarrollo rural y ahora sólo se destinará a este fin el 6% de esos fondos deducidos. Además, ha señalado que el hecho de que apenas tres años después de la Agenda 2000 se quiera acometer una reforma en profundidad da inestabilidad al agricultor.

Una prima fija

También los ministros de Agricultura de Francia e Irlanda han tachado de inaceptable la reforma de la Comisión, que consideran perjudicial para sus sectores agrícolas. También Portugal ha puesto pegas a la remodelación, mientras que Alemania y Reino Unido han expresado su satisfacción.

La nueva propuesta plantea un recorte de las ayudas directas de forma escalonada en siete años, hasta alcanzar el 12,5% para los productores que perciben entre 5.000 y 50.000 euros; para los que obtienen más de 50.000 euros se establece un máximo del 19%. De esa reducción, denominada "modulación", un 6% va a parar a medidas de desarrollo rural y el resto se repartirá según las necesidades de los sectores agrícolas.

Otros cambios previstos en la reforma son la desvinculación de las ayudas de la producción y su sustitución por una prima fija; ajustes en los sectores de cereales, la obligación de cumplir criterios ambientales para obtener las ayudas y la introducción de una prima para frutos secos.

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