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La crisis del euro | La coordinación internacional

La agenda de la cumbre del G-20, secuestrada por la crisis griega

Los países ricos y emergentes debaten ampliar los recursos del FMI - Las potencias con superávit comercial aceptan estimular la demanda

Se retrasa la conferencia de prensa. Se retrasa otra vez. Y otra. Habrá declaración oficial. Habrá un comunicado. No habrá nada. Los dirigentes europeos cancelan intervenciones programadas hace meses. A cambio, se meten en reuniones que improvisan en horas, que llevan al límite la agenda. La crisis griega absorbe a los miles de periodistas, políticos y funcionarios que comparten el Palacio de Festivales de Cannes. Aunque no lo parezca, aquí se celebra la sexta cumbre del G-20, la cita que el presidente francés Nicolas Sarkozy ha preparado con mimo durante un año.

La crisis, griega y europea, no llega a interrumpir el caudal de reuniones que debate sobre el sinfín de asuntos acumulado en la mesa de los líderes de países ricos y emergentes. Las discusiones confluirán hoy en el comunicado final del G-20. Se aguardan los detalles del bautizado como Plan de Acción de Cannes. Varias potencias deben mojarse para ahuyentar la recesión, inminente en los países avanzados, y limar los desequilibrios económicos que alimentan la crisis.

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"Los países que tienen margen deben poner en marcha políticas para generar más crecimiento", señaló la vicepresidenta española, Elena Salgado. Todo apunta a los países con superávit comercial. Japón exhibió su enorme plan de reconstrucción para paliar los efectos del terremoto del pasado mes de marzo. China y Alemania prometieron iniciativas, genéricas aún, para estimular la demanda

- La tasa a las transacciones financieras se hace hueco. Ojeras. Resoplidos. Sarkozy hace su primera aparición del día, tras un encuentro bilateral con el presidente de EE UU, Barack Obama. Solo un puñado de horas antes, de madrugada, había detallado ante la prensa, mano a mano con la canciller alemana, Angela Merkel, sus denodados esfuerzos para que el primer ministro griego, Yorgos Papandreu, diera su brazo a torcer. Fuentes francesas deslizan que EE UU mantiene su oposición a la tasa de transacciones financieras, pero retira su veto a que se incluya en el comunicado como una iniciativa a adoptar de forma voluntaria. Los representantes de las ONG saludan el avance.

La tasa se trata también en la comida de trabajo del G-20. En el almuerzo, Bill Gates, fundador de Microsoft y filántropo de nuevo cuño, defiende la aplicación de impuestos (a las transacciones financieras, pero también al transporte naval y marítimo, o al tabaco) para generar ingresos que eleven el nivel de ayuda a los países pobres. "Argentina y Brasil están dispuestos a colaborar", añade el presidente francés, con apenas un hilo de voz, al cierre de la primera jornada de la cumbre. La zona euro está cada vez más cerca de aplicar la tasa financiera, a la que se oponen EE UU, pero también Reino Unido, China o Japón.

- Más recursos para el Fondo Monetario Internacional. "Cuando el mundo está en crisis es correcto considerar un refuerzo del FMI". El primer ministro británico, David Cameron, puso el foco en otro asunto crucial. Es muy probable que haya un acuerdo para aumentar los recursos a disposición del FMI, que ya triplicó su perímetro tras la segunda cumbre del G-20, en Londres. Otra cosa es que eso permita reabrir el debate sobre el reparto del poder en el Fondo. La salida pueden ser préstamos bilaterales y voluntarios. Los nuevos recursos se destinarán a dotar líneas de crédito para países agobiados por la crisis financiera.

- ¿El fin de la era del secreto bancario? Sarkozy usó la expresión en la primavera de 2009, sin interrogantes, para glosar los avances del G-20 en la lucha contra los paraísos fiscales. Ahora es la OCDE la que vuelve a usar la afirmación para titular su informe sobre jurisdicciones opacas, entregado ayer a los líderes de países ricos y emergentes. Pero es muy pronto para quitar los interrogantes. La OCDE defiende que la presión para extender los intercambios de información fiscal ha desencadenado "un cambio dramático en la percepción del problema", una conclusión aventurada, en opinión de expertos y ONG. El mismo informe reconoce que los avances para aflorar las cuentas de individuos ricos contrastan con la dificultad para fiscalizar a algunas transnacionales.

- Divisas y Ronda de Doha. Pasa palabra. "Hoy en el mundo no hay un libre comercio justo por la manipulación de los tipos de cambio", lamentó el presidente de México, Felipe Calderón, antes de señalar sin ambages a China. La referencia a que Pekín revalorice el yuan está en los borradores. Si hay que hacer caso a la historia reciente del G-20, y a las presiones chinas, volverá a caerse del comunicado final. Eso, a su vez, cierra la puerta a la reforma del sistema monetario internacional. Francia propugnaba incorporar al yuan como moneda de reserva. "No hemos cambiado los criterios actuales. Deben ser monedas con amplia convertibilidad", descartó la vicepresidenta Salgado.

El párrafo, cada vez más pequeño, sobre como cerrar la Ronda de Doha, las negociaciones para liberalizar el comercio que empezaron hace más de una década, incorporará una novedad. "Hay que cambiar de estrategia, no podemos seguir repitiendo errores", advirtió Sarkozy. Sonó a tiro de gracia.

Barack Obama observa la amapola conmemorativa del armisticio de la I Guerra Mundial del primer ministro de Canadá, Stephen Harper.
Barack Obama observa la amapola conmemorativa del armisticio de la I Guerra Mundial del primer ministro de Canadá, Stephen Harper.REUTERS

Encuentro entre Brufau y Calderón

El presidente de México, Felipe Calderón, hizo ayer un aparte con el presidente de Repsol, Antonio Brufau, al finalizar una mesa sobre Crecimiento verde paralela a la cumbre del G-20 en Cannes en la que ambos participaban. Se vio a Calderón y Brufau departir amistosamente durante unos instantes, aunque no trascendió el contenido de la conversación entre ambos. La charla se produce dos meses después de que la petrolera estatal mexicana, Pemex, llegase a una alianza con el grupo constructor Sacyr para aumentar su participación en la petrolera española y sindicar sus acciones. Ante esta alianza, los consejeros de Repsol se alinearon con Brufau frente a los representantes de Pemex y Sacyr. El modo en que había sido llevada la operación no gustó a algunos accionistas de Sacyr y acabó costándole el puesto al presidente de la constructora, Luis del Rivero. La operación también ha sido objeto de algunas críticas en México.

Ayer, al terminar la conversación con el presidente de México, Brufau se mostró, en declaraciones a los periodistas presentes en el acto, dispuesto a tender puentes para el entendimiento con Pemex. "Pemex siempre ha sido un gran socio en Repsol y espero que en el futuro sea un gran socio", señaló el presidente de la petrolera española.

"Lo que ha pasado ahora es quizá fruto de muchas circunstancias y todos debemos levantar un poco la vista para construir sobre un futuro. La relación entre Pemex y Repsol es larga y de muchos años y debe seguir siéndolo. A mí me gusta siempre decir que hay que pasar página en la vida, y cuando hay algo que, de alguna forma, por la razón que sea, no ha salido como uno esperaba, pues que se pase página y pasar página significa construir una nueva relación que yo creo que todos aplaudirían", sentenció.

"Yo creo que hay muchas áreas en que podemos trabajar juntos de una forma leal, transparente, honesta, y esta es la voluntad de Repsol", añadió.

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