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Papandreu pide "señales de apoyo" a los socios europeos

Yorgos Papandreu viajó ayer a Berlín para intentar convencer a Europa de que su país puede salir de la crisis. El primer ministro griego fue recibido por la canciller Angela Merkel, con quien se reunió por la tarde para exponer sus planes de austeridad. En la corta rueda de prensa que ofrecieron antes de la cena que compartieron anoche, Papandreu volvió a insistir en que su país "cumplirá los compromisos" adquiridos a cambio del rescate europeo. Aseguró que Grecia equilibrará su presupuesto del año 2012. Para que pueda lograrlo, Papandreu resaltó la "gran importancia de que los socios europeos envíen señales de apoyo".

Rechazó cambios en los objetivos de austeridad impuestos por la troika formada por el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Central Europeo (BCE) y la Comisión Europea: "Las condiciones han cambiado por la recesión, pero las metas siguen siendo las mismas", afirmó. Merkel aseguró que su Gobierno desea "una Grecia fuerte en el seno del euro".

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Para que esto se cumpla, la canciller de Alemania dijo que su país está "dispuesto a ofrecer todas las ayudas que sean necesarias" a Grecia. Insistió, no obstante, en que los helenos deben cumplir las condiciones fijadas para su segundo rescate. En tono tajante, Merkel repitió que "el juicio de la troika será la medida sobre la que se tomarán las decisiones". Insistió Merkel en la responsabilidad griega para salir de la crisis de deuda, porque Europa está "estrechamente enlazada por el euro". Añadió que "las debilidades de un socio son las debilidades de todos".

Hace semanas que en Alemania se debate públicamente la posibilidad de una insolvencia griega, así como la posible aplicación de quitas sobre la deuda adquirida por Atenas. Los cálculos del Gobierno alemán incluyen estas posibilidades.

El jueves, el Parlamento federal (Bundestag) votará la ley que permitirá ampliar la aportación alemana al fondo de estabilidad del euro. Con esta ley, que aplicará el acuerdo alcanzado por los 17 países de la zona euro el pasado julio, Alemania ampliará hasta 211.000 millones de euros los avales que arriesga para salvar la moneda única.

Apenas cabe duda de que el Bundestag aprobará la ampliación del fondo, pero aún está en el aire si Merkel logrará la mayoría con los votos de su coalición. La ley solo necesita la mayoría simple de los diputados presentes, pero la autoridad de Merkel quedaría en entredicho si tiene dificultades para aprobar una de las leyes clave de la legislatura.

Su coalición de centro-derecha, formada por su Unión Demócrata Crisitana (CDU) y el liberal FDP, ocupa 330 de los 620 escaños. Si obtiene menos de 311 votos favorables, Merkel se enfrenta a un serio desgaste de imagen. Si tiene que recurrir a los votos de la oposición -los socialdemócratas apoyarán la ley-, Merkel encara una posible crisis de Gobierno. Diversos parlamentarios democristianos y liberales llevan semanas anunciando una rebelión para mañana.

Por su parte, el Parlamento griego aprobó ayer, pese al creciente descontento popular por los nuevos impuestos y recortes, una impopular tasa inmobiliaria, que forma parte de los compromisos con la troika, informa Efe. En una votación ajustada, el Gobierno logró el respaldo de 155 diputados, mientras que 142 votaron en contra. Atenas introdujo este impuesto extraordinario -que deberán pagar también desempleados y jubilados- con el objetivo de recaudar 2.000 millones de euros.

Angela Merkel y Yorgos Papandreu, en la rueda de prensa que dieron ayer en Berlín.
Angela Merkel y Yorgos Papandreu, en la rueda de prensa que dieron ayer en Berlín.HANNIBAL HANSCHKE (EFE)

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