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España y Bruselas cierran filas con Portugal ante el acoso del mercado

El BCE suaviza la presión hacia la deuda de Lisboa con la compra de bonos

Andreu Missé

España y la Comisión Europea cerraron filas ayer en defensa de Portugal ante la insistente presión de los mercados para que el Gobierno de Lisboa solicite ayuda financiera a la Unión Europea y al Fondo Monetario Internacional (FMI). El Banco Central Europeo (BCE) compró ayer títulos de la deuda soberana portuguesa, lo que contribuyó a que el tipo del bono a 10 años bajara al 6,9%, tras el 7,1% en que cerró el viernes. Desde mayo el BCE ha comprado deuda de Grecia, Portugal e Irlanda por unos 74.000 millones de euros, aunque la última semana las compras sumaron 113 millones, las más bajas desde octubre.

La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Economía, Elena Salgado, se mostró convencida de que Portugal "no tendrá que acudir a ningún plan de rescate porque el Gobierno portugués está cumpliendo el compromiso de reducir el déficit" y "realiza las reformas estructurales a las que se ha comprometido". En declaraciones a la cadena SER, aseguró que el Gobierno español confía en que "Portugal no necesitará ninguna ayuda externa" y que podrá superar sus dificultades "por sus propios medios".

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Sobre la posible ayuda a Portugal por parte de la UE, el portavoz de la Comisión Europea, Amadeu Altafaj, afirmó que "no hay conversaciones ni están previstas en este momento, ni para Portugal ni para ningún otro Estado miembro". Una fuente comunitaria señaló que "la caída de Portugal no interesa a nadie, porque ello pondría a España en primera línea de fuego, que es lo mismo que poner a toda la zona euro en riesgo y esto no conviene a nadie". "Apoyando a Portugal", añadió la fuente, "se defiende a toda la zona euro". Otra fuente comunitaria admitió conversaciones entre autoridades portuguesas y de algunos Estados miembros, pero no para presionar a Lisboa para que pidiera ayuda, sino para expresar su preocupación por la situación.

El nerviosismo sobre Portugal se agudizó el pasado fin de semana. Citando un alto funcionario de la zona euro, la agencia Reuters aseguró que Alemania, Francia y otros Estados estaban presionando a Portugal para que solicitara ayuda, como ocurrió con Grecia e Irlanda, que han recibido ayudas de la Unión y del FMI. Merkel lo negó ayer: "Nunca hemos presionado a los países en hacer algo y no lo haremos tampoco", dijo. "Los Estados deberían decidir por sí mismos si tienen que pedir ayuda", añadió.

Los inversores y analistas están pendientes del resultado de la subasta de obligaciones a tres y nueve años, por una cuantía de entre 750 y 1.250 millones de euros. Para hoy está prevista una subasta de Grecia para captar 1.500 millones y para el jueves España.

Los analistas de Barclays Capital explicaron que las bajas perspectivas de crecimiento del país (0,6% de media previsto hasta 2014), sumado a la fuerte necesidad de ajuste de las cuentas públicas, hacen muy difícil la sostenibilidad de la deuda pública con unos tipos de interés "por encima del 6%", en palabras de Antonio García Pascual, especialista de la entidad en las economías del sur de Europa.

Elena Salgado, durante la entrevista ayer en la cadena SER.
Elena Salgado, durante la entrevista ayer en la cadena SER.EFE

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