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Plan de choque de Zapatero | Las consecuencias políticas

La oposición defiende ahora los gastos sociales para atacar al Gobierno

Rajoy desata la euforia del PP al pedir menos dinero para sindicatos y partidos

Carlos E. Cué

El PP llevaba meses reclamando un recorte drástico del gasto público. Lo había cuantificado: 10.000 millones en 2010. Pero cuando Zapatero llegó al Congreso proponiendo exactamente ese mismo recorte de 10.000 millones y haciendo el mismo discurso que el PP había reclamado sin éxito, se encontró con un Mariano Rajoy que se erigió en defensor de los gastos sociales, le negó el apoyo y le exigió que antes elimine varios ministerios, recorte la financiación a sindicatos, partidos políticos y organizaciones empresariales, y revise todas las subvenciones.

El discurso de Rajoy, muy duro en el fondo y en la forma, logró dos objetivos políticos. Primero, dejó muy claro que, como ha dicho en varias ocasiones, no piensa "corresponsabilizarse" de la crisis. Negó tajantemente el apoyo a la congelación de las pensiones en 2011 -el Gobierno sólo subirá las mínimas- y atacó a Zapatero por recortar el salario de los funcionarios y eliminar el cheque-bebé, una iniciativa muy criticada por el PP cuando se presentó.

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El mensaje político era clarísimo, y así lo entendieron enseguida en su bancada: el PP no ayudará al Gobierno a amortiguar los costes de las medidas más antipopulares. El segundo objetivo que logró el líder del PP fue interno. El discurso duro, sobre todo con el mensaje que los socialistas calificaron de demagogo contra los sindicatos, los gastos de la política -el mismo día en que se conocía un informe sobre supuesta financiación ilegal del PP valenciano, según le recordó Zapatero- animó mucho a la bancada popular. El discurso antisindicatos y antiartistas de izquierdas, denominados en el mundo conservador "los de la ceja" por su apoyo a Zapatero, tuvo muchísimo éxito.

Rajoy fue muy aplaudido, mucho más que otras veces, y los diputados populares salían del hemiciclo visiblemente satisfechos. "Por una vez ha sido valiente, hablar del tema de los sindicatos en un día como hoy es valiente, el mensaje ha sido claro y contundente", sentenciaba un veterano.

Los dirigentes del PP insistían en que no tiene sentido, a un año de las elecciones, que un Gobierno como el de Zapatero, que tiene mayoría, exija a la oposición que le apoye en las medidas más impopulares. "Nuestra gente quiere que Zapatero se vaya como sea. Creen que es una urgencia nacional. No tiene sentido respaldarle ahora", sentenciaba otro. En general había un análisis muy positivo del discurso de Rajoy. "Zapatero ha estado zombi. Y Mariano, a la gallega, le ha venido a decir que se vaya. Ahora sólo queda que pida elecciones anticipadas. No tardará mucho en hacerlo", se alegraba un diputado.

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La bancada del PP aplaude a Mariano Rajoy tras su intervención en la Cámara baja.
La bancada del PP aplaude a Mariano Rajoy tras su intervención en la Cámara baja.GORKA LEJARCEGI

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