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Las consecuencias de la crisis

El Gobierno recortará más el gasto si hace falta para llegar al 3% de déficit

Campa calma las ansias de la City al prometer más contención si no se cumplen las optimistas previsiones de crecimiento del plan de estabilidad

Los esfuerzos del Gobierno por explicar a los mercados la situación de la economía española y cortar de raíz los movimientos que cuestionan la solvencia del Estado parecieron ayer dar un primer fruto positivo: las explicaciones del secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, y la directora general del Tesoro y Política Financiera, Soledad Núñez, ante un nutrido grupo de banqueros y analistas de la City de Londres, fueron bien recibidas. Todos los analistas consultados subrayaron la claridad y la calidad de la información y uno de ellos enfatizó la importancia de que Campa asegurara que el Gobierno está dispuesto a promover recortes adicionales de gasto público, si es necesario, para conseguir el objetivo de reducir el déficit al 3% en 2013.

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En principio, el plan de estabilidad del Gobierno prevé un recorte de gasto de 50.000 millones de euros hasta 2013 que, combinado con la retirada de los estímulos temporales y el aumento de la recaudación, permitirían reducir el déficit desde el 11,4% hasta el 3% que exige Bruselas.

Mientras la vicepresidenta económica, Elena Salgado, se movió ayer por Londres de manera discreta, intentando en privado convencer al influyente Financial Times -y según algunas fuentes también a The Economist- de la credibilidad de los planes de austeridad del Gobierno, Campa corrió con el papel de vender esa credibilidad en público.

El secretario de Estado de Economía subrayó al término del encuentro, en unas breves declaraciones a los medios, que la reunión de ayer "estaba prevista desde hace meses y se hace cada año para presentar la campaña de emisiones de deuda pública". A la pregunta de si se ha quedado la City más tranquila tras escuchar sus explicaciones, respondió: "La City siempre ha estado tranquila respecto a la economía española".

Campa, que dejó para Soledad Núñez el detalle de la explicación de las nuevas emisiones de bonos, se centró sobre todo en la explicación cifrada y la interpretación política del plan de estabilidad económica del Gobierno español. No dio datos que no se hubieran divulgado ya antes en España respecto a los objetivos de crecimiento y sobre la evolución de las cuentas públicas, pero el auditorio pareció salir bastante complacido.

"Excelente presentación. Creíble, yendo a los puntos esenciales de lo que pasa, sin intentar esconder los problemas", declaró un analista que prefirió no ser identificado. Barbara Thomas, de Depfa Bank, declaró: "Mi posición no ha cambiado porque ya antes de la reunión no estaba preocupada por España. Hemos recibido una información creíble y consistente".

Las preguntas que siguieron a las exposiciones de los representantes del Gobierno español se centraron en el déficit y por qué la previsión actual es peor que la de hace unos meses, los métodos que tiene el Gobierno para conseguir que las comunidades autónomas acaten las medidas de austeridad fiscal, la reforma del mercado laboral o la situación en las cajas de ahorros.

Paul Rawkins, alto directivo de la agencia de calificación Fitch Ratings, coincidió con otros analistas en que "las presentaciones fueron muy buenas, muy minuciosas, tocando muchas de las cuestiones clave para nosotros". "Nosotros, como otras agencias de calificación, estamos ahora actualizando nuestras calificaciones y, como han recordado las autoridades en esta reunión, estamos en contacto de forma muy regular. Ha sido de mucha ayuda", añadió Rawkins.

"Excelente. Muy claro. Lo que no sé es hasta qué punto va a convencer al mercado de bonos en las actuales circunstancias", opinó Neil Williams, economista jefe de la gestora de fondos Hermes. A su juicio, el mayor problema es que "mientras Alemania ha incrementado su competitividad con el euro, las posiciones de España y de Italia son las que más se han deteriorado". "Lo más significativo para los mercados de bonos es que España e Italia pueden parecer pronto más vulnerables a la rebaja de los ratios de calificación que Portugal, Irlanda y Grecia, que algunos temen que pueden llegar a quebrar", añadió.

"La competitividad de Italia es peor que nunca, pero la de España es más difícil de abordar. Podemos estar llegando a un punto en que, a ojos del mercado de bonos, España salga perjudicada haga lo que haga: si hace mucho, porque puede provocar una oleada de protestas sociales; y, si hace poco, porque puede encarecer los márgenes de sus emisiones y provocar tensiones fiscales", opinó Neil Williams.

La conclusión de los analistas financieros de una entidad de la City, que se reunieron para estudiar la información suministrada por Campa y Núñez, es que las explicaciones de Campa "fueron muy bien recibidas". "Ha tocado todos los temas. No se ha escondido, sobre todo en asuntos como el paro, cuando ha dicho que es escandalosamente alto respecto al resto de Europa. Ha puesto sobre la mesa medidas concretas, no sólo ha dicho 'recortaremos el déficit', sino que ha dicho cómo. Otra cosa es si las medidas son creíbles o no", explicó uno de los analistas.

"El gran tema son las proyecciones que ha dado de crecimiento y de ajuste del gasto, que pensamos que son optimistas. Por ejemplo, ¿las comunidades autónomas reducirán el gasto como les han dicho? ¿El Gobierno mismo podrá reducir el gasto de los funcionarios, etcétera?", se preguntó este analista.

"El hecho de que cuando le han preguntado si tenía plan B haya dicho que sí, que se recortará más el gasto si es necesario, es quizás la señal mas positiva o más importante que ha dado. No ha sido ése el caso de otros países. Grecia dijo que no tenía plan B y Portugal seguramente tiene menos margen. En cambio, él ha dicho que si las previsiones no se cumplen está dispuesto a ir más lejos. Es la afirmación más fuerte que ha hecho un miembro del Gobierno español en ese sentido desde que ha empezado la crisis. Aunque no lo ha dicho directamente, de su respuesta se desprendía que ese recorte adicional podría incluir los salarios de los funcionarios, "aunque no como primera opción, sino como plan B", añadió.

"Hay que conducir según cómo veas que está la carretera", dijo Campa a los analistas e inversores. "Si ves que la carretera está peor de lo que pensabas, necesitas bajar la velocidad. Nosotros haremos el ajuste si fuera necesario", concluyó.

La principal pega que los analistas han puesto al plan de estabilidad español es su optimista previsión sobre el crecimiento. El Gobierno espera que la economía crezca un 2,9% en 2012 y un 3,1% en 2013, mientras que el Fondo Monetario Internacional (FMI), por ejemplo, no espera que el PIB crezca más que un 1,4% y un 1,7%, respectivamente, en esos dos años. Campa, con todo, combatió esas previsiones que, en su opinión, se deben a considerar que la tasa de ahorro seguirá siendo muy alta. Él cree que se reducirá apreciablemente cuando la economía empiece a crecer y se reduzca la incertidumbre.

Campa también trató de restar importancia a los movimientos de los mercados a corto plazo. "Los mercados tienden a reaccionar muy rápidamente a corto plazo a las noticias, pero luego en el medio y largo plazo se ajustan", sostuvo Campa.

Al menos la deuda española tuvo ayer un día de calma en los mercados. "En el mercado, España ha ido hoy mejor que otros países que están también en el ojo del huracán como Grecia o Portugal. En valores relativos, en el mercado, España ha ido mejor que los demás países periféricos", explicó un analista de la City.

El diferencial de rentabilidad de la deuda española a 10 años frente a la alemana se redujo ayer una centésima de punto porcentual, hasta 0,99 puntos, mientras que los diferenciales o primas de riesgo de los bonos de Grecia, Portugal e Irlanda se ampliaron.

José Manuel Campa se dirige a inversores y analistas reunidos ayer en Londres.
José Manuel Campa se dirige a inversores y analistas reunidos ayer en Londres.ÁNGEL GÓNGORA

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