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Relevo en mitad de la tormenta

Blesa cede el mando a Rato en Caja Madrid con la mayor caída de beneficios

Íñigo de Barrón

Los manuales de navegación coinciden en que no hay peor momento para hacer un cambio en el puente de mando que cuando se atraviesa una tormenta. Pero las circunstancias obligan. Después de más de 13 años en los que han sido mayoritarios los tiempos de bonanza y calma, toca relevar al timonel de la segunda caja de ahorros en declive y con el sector metido de lleno en un baile de fusiones. Con sinceridad, Miguel Blesa (Linares, 1947), presidente de Caja Madrid hasta el próximo jueves, advirtió a su sucesor, Rodrigo Rato (Madrid, 1949), que se prepare para gobernar una entidad que navega en aguas turbulentas.

La crisis financiera, el hundimiento del sector inmobiliario, donde tanto invirtió la caja, y la subida del paro han hecho que Blesa acabe su mandato con el peor ejercicio desde que llegó, en septiembre de 1996. "Me hubiera gustado que no fuera así, pero he penalizado el resultado con fuertes provisiones por responsabilidad. He reforzado el balance de la entidad ante un 2010 muy difícil", se justificó Blesa.

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Fuentes financieras comentaron que el Banco de España ha influido en esta decisión, como lo está haciendo en otras entidades. Caja Madrid ha ganado 256 millones en 2009, un 68,4% menos, después de realizar provisiones de 1.440 millones para afrontar la morosidad actual y la futura. Bankinter y Caja Madrid han ganado lo mismo. La diferencia es que la entidad de ahorros es cuatro veces más grande que Bankinter.

Rato, ex director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) y vicepresidente económico con el PP, tendrá una buena lista de prioridades. De ellas, sin duda, la primera es saber si la caja puede atravesar el Cabo de Hornos sin sufrir daños, es decir, si sus ingresos serán suficientes para cubrir las provisiones de los impagados de 2010. "No subirá mucho la morosidad, pero el calendario seguirá soltando porquería", advirtió Blesa. Este año la entidad no contará con ventajas del pasado. La situación plana y baja de los tipos de interés provocará una fuerte caída de ingresos, acentuada porque el Banco Central Europeo no seguirá ofreciendo liquidez tan barata. En el cuarto trimestre, el margen financiero de Caja Madrid descendió un 16%.

Los analistas creen que ésta podría ser, con cierto optimismo, la tónica de 2010, lo que anticipa problemas. El margen financiero supone dos tercios de todos los ingresos de la entidad. Además, Caja Madrid ha ganado 600 millones moviendo su cartera de activos financieros, una cifra muy alta para su tamaño, ya que se acerca a lo que hacen entidades como el BBVA. Estos ingresos tampoco se repetirán. Más problemas. En la propia entidad no se esperan más de 200 millones, un cálculo considerado optimista por los analistas.

La noticia buena es que nadie espera que Caja Madrid pierda 145 millones por Iberia, SOS y otras participadas, como ha ocurrido en 2009, lo que ayudará a las cuentas. "La caja podría reducir sus ingresos en unos 800 millones en 2010, así que se juega todo en las necesidades de provisiones que tenga que hacer. Sólo si la morosidad no sube del 6,2% -ahora está en el 5,4%- podrá acabar el año en números negros", explica Íñigo Vega, experto de Iberian Equities. No será tarea fácil y hay que recordar que ni Blesa cuando llegó ni ahora Rato tienen experiencia en la dirección de entidades financieras. Blesa trabajó con gente de la casa, apoyado en dos directores generales. Habrá que ver lo que hace Rato, aunque no se espera que entre en la caja con fichajes.

Es cierto que este panorama puede mejorar si hay fusiones con otras cajas porque llegará el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), que inyectará capital y solvencia a la entidad. Ésta es otra decisión que deberá tomar Rato. El Banco de España ve con buenos ojos una fusión con Caja Mediterráneo y Caixa Galicia, pero no será fácil. Además de las enormes reticencias políticas, pese a la autoridad política de Rato en el PP, no hay que olvidar que estas entidades vendrán con sus problemas financieros.

Rato no descarta las uniones. El jueves pasado desveló su manual: "Las fusiones entre entidades son buenas si están bien hechas, con independencia de que se produzcan entre cajas de la misma comunidad o de otros territorios". El objetivo: "Más solvencia, estabilidad y capacidad de crecimiento para afrontar los desafíos de España, Europa y el mundo".

El ex ministro llegará el jueves a un consejo de administración pactado en el que cambia el 40% de sus miembros y se ha garantizado (supuestamente) seis años de paz. Blesa cierra una etapa de crecimiento -ha multiplicado casi por seis el negocio-, gracias en parte a 4.000 millones de plusvalías bursátiles, pero ha pagado una cara factura. Rato deberá reducir el tamaño de la caja si sigue sola o crecer con fusiones o alianzas.

Rodrigo Rato (derecha), con Miguel Blesa, en unas jornadas celebradas en Madrid en julio de 2002.
Rodrigo Rato (derecha), con Miguel Blesa, en unas jornadas celebradas en Madrid en julio de 2002.EFE

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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