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El consumo de EE UU se resiente

La crisis hipotecaria, el alza de las gasolinas y la carestía de los alimentos amenazan la recién inaugurada temporada de Navidad

Y tras el atracón de pavo, a por las gangas. La temporada de compras navideñas quedó ayer lanzada oficialmente en EE UU. El gigantesco mall (centro comercial) de King of Prussia, en los suburbios de Filadelfia, es uno de lugares donde los consumidores estadounidenses emigran en masa para pasar el día gastando. Para muchos, es como un deporte. Pero este año, el tradicional asalto del viernes a las tiendas servirá como termómetro del estado de ánimo de los consumidores en pleno azote de la crisis hipotecaria.

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'Viernes negro' en EE UU

Por si no fuera suficiente con el endurecimiento del crédito y la caída del valor de las viviendas, la volatilidad en la Bolsa, el alza del combustible y el encarecimiento de los alimentos están pasando también factura a muchos bolsillos. El tiempo al menos acompañó durante la jornada de ayer, mientras las grandes cadenas comerciales abrían de madrugada con la esperanza de poder cerrar sus libros en positivo, de ahí que este día se conozca como el viernes negro.

Un 8,5% de los regalos de Navidad se compran horas después de hincar el diente al pavo, el día de Acción de Gracias. Se calcula que unos 132 millones de personas harán compras este fin de semana, el más intenso del año. Unos 58,9 millones pasaron por caja el viernes negro de 2006 y otros 49 millones el día siguiente. Pero este año el consumo está bajo presión y se teme que ese color negro signifique algo diferente, aunque por las colas no lo parezca.

La economía de EE UU depende en dos terceras partes del consumo. Y este año se cuenta con que será el viernes negro más flojo desde el fin de la crisis económica en 2002. Las que mejor lo saben son las grandes cadenas Sears, Target, Macy's y JC Penny, que están revisando a la baja sus proyecciones de beneficios. En la otra cara de la moneda están las tiendas especializadas en productos electrónicos, como BestBuy, donde la competencia es muy fuerte y sus promociones pueden animar a muchos a comprar ordenadores, cámaras digitales, reproductores musicales y televisiones planas.

En busca de gangas

No es lo único que utilizan como cebo. CompUSA, su rival, llegó a repartir porciones de tarta de calabaza a los que hacían cola. Otros abrieron unas horas el jueves, como la tienda de juguetes FAO Schwarz en Nueva York. Pero este año las jugueteras se topan con la retirada masiva el pasado verano de algunos artículos producidos en China que podría provocar que muchos consumidores se lo piensen dos veces.

La debilidad del dólar aporta otro elemento para el examen, por su doble efecto en el comercio. Del lado positivo, la depreciación de la divisa está ayudando a potenciar el turismo de compras en ciudades como Nueva York, donde británicos, italianos y franceses se lanzan a las tiendas a comprar casi a mitad de precio. Sin embargo, las grandes cadenas de lujo están elevando los precios de los artículos importados para compensar la caída del billete verde.

Los analistas se mostraban muy cautos ayer y no se dejaban impresionar por las colas en malls como el de King of Prussia, o en BestBuy donde se esperaban con los brazos abiertos a 25.000 clientes. Creen que la temporada navideña será escalonada y anticipan que muchos esperarán hasta el final, a las buenas gangas. Goldman Sachs dice que tendrán que pasar semanas antes de poder sacar conclusiones.

Un consumidor hace compras en el centro comercial King of Prussia, ayer en Pensilvania (EE UU).
Un consumidor hace compras en el centro comercial King of Prussia, ayer en Pensilvania (EE UU).BLOOMBERG

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