_
_
_
_
_

2003 arranca con la amenaza del petróleo

El crudo supera los 30 dólares a raíz de la huelga venezolana y pone en jaque a la economía mundial

Fernando Gualdoni

La amenaza de una crisis económica a cargo del oro negro es lo primero a lo que deberán enfrentarse los gobiernos de los países consumidores de crudo, como España, en 2003. El barril de petróleo ya superó la barrera de los 30 dólares y, ante la paralización de la industria petrolera venezolana y la perspectiva de una guerra contra Irak, la situación es crítica. El precio de 30,15 dólares alcanzado por el barril brent en el mercado de Londres el viernes pasado es un dólar más alto del registrado tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 y el máximo desde febrero del mismo año.

El coste actual del petróleo deja bastante desfasadas las previsiones macroeconómicas para el próximo año que cada miembro de la UE remitirá a Bruselas este martes y que han sido calculadas sobre la base de un barril a 25 dólares. Si para la reunión del Ecofin (ministros de Economía y Finanzas de la UE) del 21 de enero próximo el panorama en el mercado del crudo no cambia, habrá que ir pensando en hacer la primera revisión a la baja del crecimiento del 2% previsto para los Quince para el año entrante. La inflación, desde luego, deberá revisarse al alza.

El precio de la gasolina ya subió en torno al 3% en la UE y a un máximo de 19 meses en EE UU
Venezuela ha dejado de ser una fuente segura de suministro en caso de una guerra contra Irak
Más información
La OPEP aumenta la producción de petróleo en 1,5 millones de barriles por la crisis venezolana

El abrupto encarecimiento del crudo de las últimas semanas se debe fundamentalmente a la huelga que desde hace casi un mes ha paralizado el sector petrolero de Venezuela, el tercer mayor productor de crudo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y cuarto mayor proveedor de crudo de EE UU. Venezuela provee el 13% del crudo importado por EE UU y el 9% de las gasolinas. El consumo estadounidense diario de petróleo es de unos 19 millones de barriles, de los que casi 12 millones se importan. Para darse una idea, la cantidad de hidrocarburos que se consumen en 20 días en EE UU alcanza para un año en España.

El presidente de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), Alí Rodríguez, aseguró el viernes pasado que la producción y exportaciones de crudo del país suramericano se normalizarán "en breve". El mismo día, el ministro de Energía, Rafael Ramírez, informó que las tres grandes refinerías del país estarían operativas en "los próximos días", después de un mes sin operaciones. Sin embargo, no hay certeza ni confianza por parte de los intermediarios del mercado de que las predicciones de ambos funcionarios chavistas se cumplan. Y aún cuando fuese así, la reactivación de la industria petrolera tardaría al menos un mes. La extracción de Venezuela, que en tiempos normales puede llegar a tres millones de barriles diarios, se ha paralizado en un 90% en el último mes. La producción de derivados del crudo, como gasolinas, también se desplomó.

Hasta el momento, lo único cierto es que mientras el crudo no comience a salir de los puertos venezolanos con destino a las refinerías estadounidenses en Tejas o Luisiana, la tendencia al alza del precio del crudo no cambiará. La huelga ha inflado los precios de los combustibles en EE UU. La gasolina ha alcanzado su precio máximo en 19 meses en el mercado estadounidense y, en la UE, se calcula que los carburantes han subido en torno a un 3% desde finales de noviembre mientras que fuentes del sector prevén mayores incrementos.

A pesar de que no puede hablarse aún de una crisis, la situación ya ha hecho reaccionar a más de un político en Washington. Algunos congresistas han solicitado el uso de las Reservas Estratégicas de petróleo del país (dotadas de unos 600 millones de barriles) para evitar el desabastecimiento o, al menos, frenar la escalada de precios. El uso de estas reservas es bastante improbable y más si se tiene en cuenta que cuando el ex presidente Clinton se planteó echar mano de este recurso durante la crisis de 2000 fue duramente criticado por el que ahora vive en la Casa Blanca, George Bush.

La compensación de una producción de tres millones de barriles diarios como la venezolana no es fácil. De entre los restantes miembros de la OPEP, sólo Arabia Saudí tiene la capacidad para hacerlo puesto que aún cuando ya extrae casi ocho millones de barriles diarios puede llegar a 10. En las últimas semanas, los saudíes, junto a Canadá, México y Nigeria han incrementado sus exportaciones a EE UU para evitar el desabastecimiento. Esta reacción de otros grandes exportadores puede compensar parcialmente la falta de crudo venezolano, pero no tranquiliza a un mercado cuyos temores e incertidumbre van más allá de que está sucediendo ahora en el país suramericano.

El desenlace de la huelga contra Hugo Chávez es crucial para el mundo petrolero y no sólo porque Venezuela es una potencia del sector sino también (o incluso en mayor medida) porque el presidente ha sido el artífice de la política de producción de la OPEP, con la que el cartel logró elevar el precio del crudo de 10 a 30 dólares y puso en jaque a las economías industrializadas en 2000. Alí Rodríguez, el hoy presidente de PDVSA y ex ministro de Energía y secretario general de la OPEP, fue el hombre que acompañó a Chávez en esa cruzada para fortalecer la organización, que se decidió junto a Arabia Saudí y con la mediación de México, en una reunión en la residencia del embajador mexicano en Madrid a finales de 1998. La salida de Chávez debilitaría aún más la organización y ello provocaría una caída del precio del crudo, como ya sucedió durante el breve golpe de Estado de abril pasado que apartó del poder a Chávez por 48 horas.

La crisis venezolana también ha añadido nerviosismo al mercado petrolero porque hasta hace un mes se creía que en el caso de un ataque a Irak y la extensión del conflicto en Oriente Próximo, el gran productor suramericano, el más lejano de la zona petrolera, era una fuente de suministro segura para Occidente.

Después de que esta creencia se esfumara tras los últimos acontecimientos, el temor a que una guerra contra el régimen de Sadam Husein dispare los precios del crudo hasta los 40 dólares se ha acrecentado. Ni Arabia Saudí podría compensar al mundo la falta de los cinco millones de barriles diarios que producen entre Irak y Venezuela si (en un caso extremo) hubiese una interrupción de la extracción en ambos países al mismo tiempo.

La OPEP tampoco da confianza al mercado ya que el cartel no es transparente en sus niveles de producción y su política ha sido contradictoria a lo largo de 2002. Todos estos factores han convertido el crudo en una amenaza para la incipiente recuperación de la economía mundial que puede desatar una crisis peor que la vivida en 2000, de la que el Gobierno español tiene amargos recuerdos, como las manifestaciones de los agricultores en todo el país o los cortes de carretera y pasos fronterizos de los camioneros.

Dos trabajadores de compañía estatal PDVSA pasan delante de un petrolero anclado en el puerto de Maracaibo.
Dos trabajadores de compañía estatal PDVSA pasan delante de un petrolero anclado en el puerto de Maracaibo.AP

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Fernando Gualdoni
Redactor jefe de Suplementos Especiales, ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS como redactor de Economía, jefe de sección de Internacional y redactor jefe de Negocios. Es abogado por la Universidad de Buenos Aires, analista de Inteligencia por la UC3M/URJ y cursó el Máster de EL PAÍS y el programa de desarrollo directivo de IESE.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_