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Las auditoras deciden separar su negocio de la consultoría tras el 'caso Enron'

PwC y Andersen ultiman cambios en su gestión para recuperar la confianza del mercado

Cuatro de las cinco grandes auditoras de EE UU se han resignado a separar sus actividades de auditoría y consultoría a la luz de las consecuencias de tal relación en el caso Enron. PricewaterhouseCoopers (PwC) ha anunciado que independizará el negocio de consultoría, mientras uno de sus clientes, Walt Disney, ha decidido buscar otra consultora y mantener a PwC sólo como auditora. Andersen, en el ojo del huracán por su relación con Enron, que presentó la mayor suspensión de pagos de EE UU, también anunciará en breve cambios en el modo de conducir su actividad.

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Dos reuniones confidenciales, mantenidas ésta y la semana pasada, de altos responsables de las cinco grandes han servido para ponerse de acuerdo en aceptar medidas que limitan la realización bajo el mismo techo de negocios que pueden crear conflicto de intereses e ir en beneficio de las compañías al tiempo que en detrimento de los inversores. Las auditoras renuncian a ofrecer simultáneamente a sus clientes auditoría y determinados servicios de asesoría, aunque no ofrecieron muchos detalles.

Los servicios de consultoría fiscal, una sustanciosa fuente de ingresos, no parece que vayan a ser eliminados, con el argumento de que están íntimamente relacionados con los trabajos de auditoría. PwC, líder mundial entre las auditoras, abraza la medida y aceptará que quede prohibida la prestación de servicios en tecnología de información y contabilidad interna. 'Pronto anunciaremos un paquete de medidas que cambiarán sustancialmente el modo en que Andersen conduce su negocio', señaló un portavoz de la compañía que auditó y ofreció consultoría a Enron.

Ernst & Young y KPMG, que en un reciente pasado escindieron y vendieron su división de consultoría, se han sumado a las propuestas, lo que deja fuera del acuerdo sólo a Deloitte & Touche, que insiste en que la realización de auditoría y consultoría le permite ofrecer un servicio más completo a sus clientes.

Un portavoz del American Institute of Certified Accountants (AICA), que reúne al sector, aseguró que la organización apoya que se prohíba por ley que las auditoras ofrezcan servicios de consultoría a los mismos clientes.

Un sustancioso negocio

Los servicios de consultoría constituyen una sustancial parte del negocio de estas firmas. En el caso de Andersen, informaciones que han trascendido en las últimas semanas indican que más de la mitad de la facturación en el pasado ejercicio procedía de trabajos de asesoría. El negocio con Enron era prototipo de esa relación: 27 millones de dólares por consultoría frente a 25 de auditoría, aunque fuentes de la compañía hacen notar que en los 27 millones había trabajos realizados por Andersen Consulting, una firma independiente que luego cambió su nombre a Accenture. Stephen Butler, presidente de KPMG, apoya el acuerdo porque, a su juicio, permitirá centrar el interés en la necesaria modernización y transparencia de información sobre los resultados de las empresas. Arthur Levitt, el anterior presidente de la Comisión del Mercado de Valores (SEC), fracasó hace dos años en sus planes de controlar las actividades de las auditoras. Ahora dice que las propuestas van en la dirección debida.

Arthur Bowman, director de Bowman's Accounting Report, un boletín de información sobre el sector, cree que las auditoras intentan adelantarse a los acontecimientos y evitar nuevas leyes. Con la limitación voluntaria, el Congreso podría renunciar a intervenir.

En PwC y en Andersen no creen que el doble servicio lleve inevitablemente a la connivencia con la empresa a la que se audita y asesora. 'Reconocemos que hay una crisis de confianza en la profesión y que hay preocupación sobre el alcance de los servicios que sociedades como la nuestra proporcionan', dice un portavoz de PwC. 'No creemos que esas preocupaciones tengan base real, pero la apariencia es real'.

Esta misma semana, Ernst & Young ha reconocido que sancionó el establecimiento de una relación entre la empresa de servicios financieros PNC, a la que auditaba, y la compañía de seguros AIG, a la que prestaba servicios de consultoría. PNC anunció el martes que debía retocar sus balances debido al modo en que se había contabilizado la operación, con el visto bueno del auditor. La advertencia provocó nerviosismo en los mercados, temerosos de nuevos casos de contabilidad de fábula. El Dow Jones cayó un 2,5%. Walt Disney se ha convertido en la primera gran compañía que ha decidido prescindir de la parte de los servicios que le prestaba una de las cinco grandes, en parte por la presión de sus accionistas.

Un joven pasa con su monopatín ante el logotipo de Enron, en la sede de la compañía en Houston.
Un joven pasa con su monopatín ante el logotipo de Enron, en la sede de la compañía en Houston.REUTERS

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