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Argentina recurre a la policía para garantizar la salida de los vuelos internacionales

El ministro de Infraestructura llega hoy a Madrid para negociar una salida a la crisis

Por su parte, la Fuerza Aérea informó en un comunicado de que "debido al conflicto gremial de público conocimiento, la institución está coordinando una serie de medidas tendientes a garantizar el normal funcionamiento" del aeropuerto de Ezeiza. El secretario adjunto de la Asociación de Personal Aeronáutico (APA), Edgardo Llanos, amenazó con cortar la autopista si no dejaban llegar a los trabajadores de Aerolíneas al aeropuerto. "Si hay represión, no sale ningún vuelo; y si no dejan pasar a los compañeros vamos a cortar la ruta y no pasará nadie", dijo Llanos.

El Gobierno desplegó fuerzas de seguridad para que no se repitiesen los incidentes de la noche del martes, en la que los manifestantes llegaron a cruzar un Boeing 747 Jumbo en la pista principal del aeropuerto e impidieron a los pasajeros acercarse a los mostradores de Iberia.

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La protesta culminó con un fuerte enfrentamiento entre los empleados de Aerolíneas y la policía aeronáutica, que acabó por dejar pasar a las instalaciones del sólo a quienes portaban un billete de vuelo con su nombre o acreditaban estar autorizados para ello. En esa situación, los trabajadores optaron por reunirse en asamblea en la principal vía de acceso al aeropuerto, impidiendo la entrada de cualquier vehículo. Su actuación obligó a desplazarse a pie unos tres kilómetros y protegidos por la policía a quienes querían llegar al aeropuerto para coger un vuelo. En la terminal de salidas un grupo de trabajadores obligó a suspender el despacho del vuelo de Iberia en los mostradores de embarque.

Por su parte, la Fuerza Aérea reforzó las medidas de seguridad en todas las terminales aéreas del país, especialmente en Ezeiza y las otras 23 estaciones internacionales. "Todos los aeropuertos operan normalmente y en Buenos Aires hay capacidad suficiente, entre pistas civiles y militares, para afrontar cualquier contingencia", aseguró el portavoz de la Fuerza Aérea, Jorge Reta.

Mediación ante la SEPI

En la jornada de ayer, el anuncio de que el ministro de Infraestructura, Carlos Bastos, tenía previsto viajar a Madrid para entrevistarse con el ministro de Exteriores, Josep Piqué, y los directivos de la SEPI, logró transitoriamente calmar los ánimos. El ministro Bastos debió recurrir al auxilio de su par de Economía, Domingo Cavallo, para asegurarse la salida del país y el viaje a España. Para evitar conflictos, Bastos se embarcó en el avión presidencial que llevó a Cavallo de viaje oficial a Brasil, y desde allí partió rumbo a España. Se prevé que Bastos llegue a Madrid en la mañana de hoy.

La misión de Bastos le fue encomendada directamente por el presidente argentino, Fernando de la Rúa, para desobstaculizar el conflicto después de que la SEPI se negara el martes a pagar el combustible que Aerolíneas necesita para cubrir la ruta entre Madrid y Buenos Aires.

El jefe del Gabinete argentino, Chrystian Colombo, insistió ayer que "no hay ninguna posibilidad de renacionalizar la empresa" y manifestó su "indignación" por los incidentes. "En una empresa en la cuál existen estos conflictos sindicales y enfrentamientos entre los trabajadores y la patronal, es imposible pensar que haya una gran oferta de inversores para hacerse cargo de la compañía", afirmó Colombo en Radio América.

Aerolíneas Argentinas y su filial de vuelos nacionales Austral atraviesan una seria crisis financiera desde hace meses y acumulan deudas por 900 millones de dólares (cerca de 180.000 millones de pesetas).

En España, el ministro de Trabajo, Juan Carlos Aparicio, criticó duramente la "obcecación" de un sindicato argentino, refiriéndose a los mecánicos aeronáuticos del APTA, que pone en riesgo la propia existencia de Aerolíneas.

La policía repele a los trabajadores de Aerolíneas que el martes intentaron impedir la salida de los vuelos.
La policía repele a los trabajadores de Aerolíneas que el martes intentaron impedir la salida de los vuelos.EFE

De la Rúa insta a un acuerdo

El presidente de Argentina, Fernando De la Rúa, instó ayer al consorcio estatal español que controla Aerolíneas Argentinas y a los trabajadores de la empresa a acordar "una solución lógica, justa y con resultados positivos" para superar el conflicto que afecta a la línea aérea.

Aerolíneas Argentinas "va a continuar funcionando, ya sea en manos" de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) o de otros inversores, aseguró en rueda de prensa. "El tema de Aerolíneas nos preocupa sustancial y vitalmente, primero por los trabajadores, luego por la línea de bandera y también por la relación con un país amigo, como España, que ha hecho importantes inversiones y nos ha acompañado en la ayuda financiera", puntualizó.

El presidente argentino subrayó que "no tienen sentido" las "expresiones antiespañolas o de boicoteo" que hacen los sindicatos opuestos al plan de ajuste y salvamento financiero que se propone llevar adelante la SEPI.

El presidente argentino dijo que confía en el éxito de las negociaciones que encomendó al ministro de Infraestructura, Carlos Bastos, quien viajó ayer a Madrid para reunirse con autoridades del gobierno español y de la sociedad estatal en busca de hallar una solución al conflicto con los trabajadores de Aerolíneas.

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