Zlatan Ibrahimovic confirma su fichaje por el Manchester United

Escuchar —o leer— a Zlatan Ibrahimovic es un ejercicio tan lúdico como verle reventar la pelota en un campo de fútbol. El sueco observa el mundo desde sus 195 centímetros, lo que le otorga una perspectiva privilegiada, y le permite, entre otras cosas, contemplar a sus congéneres desde un plano visual dominante. Ibra mira de arriba abajo, y no al revés. Además, habla de sí mismo en tercera persona, como los faraones de Egipto, con los que comparte también ciertas similitudes faciales.

Por eso, cuando decidió confirmar su marcha al Manchester United —al que llega libre— lo hizo utilizando ese lenguaje que evoca a la mencionada mística autoasignada. “Es hora de que el mundo lo sepa. Próximo destino, Manchester United”, escribió en las redes sociales junto al escudo de su nuevo equipo. En cuestión de minutos el mundo —virtual— conoció la noticia —un secreto a voces acallado sólo por una cláusula de su contrato con el PSG—, y empezó a imaginar ese dueto que formará con otra de las figuras más divinizadas interiormente, José Mourinho. “Mourinho dice lo que le apetece. Me cae bien. Es el líder de su ejército. Se convirtió en alguien por el que estaba dispuesto a dar la vida”. Semejante declaración se recoge en el libro Soy Zlatan Ibrahimovic (editorial Córner), publicado en 2011, una de las mejores colecciones de frases egocéntricas de la historia del fútbol.

Ambos coincidieron en la temporada 2008-2009 en el Inter de Milán, y desde entonces su relación se ha mantenido en el tiempo. “Cuando tienes a alguien que es un ganador y quiere ganar siempre, y quiere ser el mejor, y que no tiene miedo a las grandes responsabilidades, creo que es muy fácil. Solo lo entrené un año, pero fue un gran año, una buena experiencia. Lo calificaría como uno de los mejores jugadores a los que entrené”, aseguró Mourinho después de que Ibrahimovic abandonara Milán para recalar en el Barcelona. Allí, con Guardiola, vivió su peor experiencia profesional, según se recoge en su libro, donde deja pistas sobre cómo puede ser el reencuentro en Manchester y los derbis ante el City, al que ahora entrena su archienemigo. “Siempre estoy planeando mi venganza. Lo llevo dentro. Es lo que me motiva. Así funciono”.

Rey y leyenda

Ibrahimovic, de 34 años, abandona el PSG, en el que ha disputado las últimas cuatro temporadas, y al que llegó procedente del Milan en 2012 por 21 millones de euros. A las órdenes de Carlo Ancelotti y Laurent Blanc el sueco ha acumulado cuatro ligas de Francia, tres Supercopas, tres Copas de la Liga y una Copa de Francia. Además, ha anotado 156 goles en 180 partidos. “Si cambian la Torre Eiffel por mi estatua me quedo”, dijo antes de confirmar su marcha. “Llegué como un rey, me voy como una leyenda”, publicitó después en las redes sociales.

“¿Puedes confirmarnos si has recibido una oferta del United?”, le preguntaron en la Eurocopa —de la que Suecia se despidió de vacío en la fase de grupos y en la que no volverá a jugar—. Ibra respondió con una carcajada acompasada, casi cinematográfica. Porque su show es así y ahora llega a la Premier.