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La apuesta de Barberá solo ganó en los cuatro distritos más ricos de Valencia

El apoyo al PP y Ciudadanos fue mayoritario en el centro de la ciudad y quedó lejos del 50% en el resto

Ignacio Zafra
Un colegio electoral de Valencia en los comicios del 24 de mayo.
Un colegio electoral de Valencia en los comicios del 24 de mayo.juan carlos cárdenas (efe)

Solo 10 minutos en coche por la ciudad de Valencia separan el distrito del Pla del Real del bar Los Arcos, en el barrio de Benicalap. En esos escasos cuatro kilómetros se abre, sin embargo, un abismo electoral de más de 30 puntos porcentuales en las elecciones del 24 de mayo. Unos comicios que han supuesto salvo gran sorpresa el fin del largo mandato de la alcaldesa Rita Barberá. La distancia entre ambos lugares también es social. Entre una de las zonas más pudientes de la ciudad y una de las más castigadas por la crisis.

Los populares de Valencia esperaban alcanzar la mayoría absoluta sumando sus fuerzas a las de Ciudadanos (que consideró "complicado" el pacto antes de la votación). El escrutinio ha dejado el objetivo a un concejal de distancia. La meta solo se alcanzó en cuatro de los 19 distritos, los más céntricos y acomodados de la ciudad. En el Pla del Real esa suma representó el 63%. En Benicalap fue del 33%.

Distritos de la ciudad de Valencia.
Distritos de la ciudad de Valencia.

PP y Ciudadanos alcanzaron clara mayoría en Ciutat Vella, Extramurs y L'Eixample, además de en Pla del Real. En los otros 15 quedaron lejos del 50%, con un apoyo en general menguante cuánto más a las afueras.

Apoyos a PP y Ciudadanos por distritos

Ciudad de Valencia: 41% (25,7% al PP y 15,3% a Ciudadanos).

Algirós: 38,1% (23,6% al PP y 14,4% a Ciudadanos).

Benicalap: 33,2% (19% al PP y 14,2 a Ciudadanos).

Benimaclet: 37,8% (23,5% al PP y 14,3% a Ciudadanos).

Camins al Grao: 39,6% (23,3% al PP y 16,3% a Ciudadanos).

Campanar: 42,7% (24,3% al PP y 18,3% a Ciudadanos).

Ciutat Vella: 48,5% (31,7% al PP y 16,7% a Ciudadanos).

Cuatre Carreres: 40,6% (25,6% al PP y 15% a Ciudadanos).

Extramurs: 51,1% (33,1% al PP y 18% a Ciudadanos).

Jesús: 34,9% (21,8% al PP y 13% a Ciudadanos).

L'Eixample: 56,5% (36,9% al PP y 19,6% a Ciudadanos).

Olivereta: 37,5% (25% al PP y 12,5% a Ciudadanos).

Patraix: 37,9% (22,8% al PP y 15,1% a Ciudadanos).

Pla del Real: 63,8% (38,6% al PP y 25,1% a Ciudadanos).

Poblats del Nord: 44,4% (29,5% al PP y 14,9% a Ciudadanos).

Poblats Marítims: 32,6% (20,9% al PP y 11,6% a Ciudadanos).

Poblats del Sud: 41,2% (29,1% al PP y 12,1% a Ciudadanos).

Poblats de l'Oest: 32,7% (19,4% al PP y 13,3% a Ciudadanos).

Rascanya: 38,2% (20,4% al PP y 14,4% a Ciudadanos).

Zaidia: 39,5% (26,5% al PP y 13% a Ciudadanos).

"Aquí han sacado mejor resultado por el estatus económico", cree Pepa Giménez, de 50 años, ama de casa y votante popular en una calle de Pla del Real. "Este es uno de los distritos donde hay más gente de profesiones liberales, médicos, empresarios y pequeños empresarios. El motor de la economía", afirma. En la zona abundan los despachos de abogados, las asesorías fiscales, los gimnasios y centros de yoga, los bares de diseño y los colegios católicos.

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Los distritos del centro siempre han sobresalido en su respaldo a Barberá. Pero la alcaldesa ha tenido éxito en casi toda la ciudad durante cerca de un cuarto de siglo. Giménez explica su lealtad con el argumento de que cree "ideológicamente en el partido". "Me preocupa que la izquierda dirija Valencia por cuestiones como la religión y el patrimonio. Y por la educación, que para mí está muy vinculada a la educación".

En Benicalap abundan las persianas bajadas y bares a la antigua usanza. Como Los Arcos, que tiene un futbolín nada más entrar. Detrás de la barra, a Rafael Benajas el bajo apoyo al PP entre sus vecinos le parece tan evidente que al principio no entiende la pregunta. "Aquí ingenieros hay muy pocos. Lo que hay son albañiles, fontaneros, electricistas... Es un barrio de gente trabajadora en el que trabaja el 40%. Y de ese 40% los hay que no pueden llegar a fin de mes porque tienen contratos muy malos. ¿Qué esperaba Rita? Ella vive muy bien, con el caloret y esas cosas...", dice.

Es la clase social que el historiador de la economía Joaquín Azagra llama "trabajadores pobres; aquellos que trabajan por 400 euros seis horas al día".

"Cuando todo iba bien, los del extrarradio cogían las migajas. Pero las migajas eran algo. Ahora los únicos que pillan son los de El Pla del Real, Blasco Ibáñez y el centro", agrega el dueño del bar Los Arcos.

El sociólogo Ernest García expresa una idea parecida sobre la retirada de apoyos a Barberá en los barrios populares en contraste con la fidelidad del centro. "Se trata de gente que en un momento dado apoyó al PP porque había trabajo para todos. Y que al cambiar esa situación se aleja. Es un apoyo más volátil, menos ideológico y más coyuntural".

"De alguna manera", prosigue, "las mismas razones que llevaron a algunos sectores de la población a dejar de votar a los socialistas hace cuatro años los han llevado ahora a dejar de votar al PP". A falta de un análisis más a fondo de los resultados, el sociólogo apunta a la insatisfacción de esta clase social. Y a su "impresión de que la crisis la están pagando por culpa de los políticos, y los políticos son siempre los que están en el poder en cada momento".

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Sobre la firma

Ignacio Zafra
Es redactor de la sección de Sociedad del diario EL PAÍS y está especializado en temas de política educativa. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia y Máster de periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid y EL PAÍS.

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