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La histórica Casa de Postas podrá convertirse en comercio u hotel de lujo

El plan urbanístico cambia el uso de este edificio de 1795 a de "actividad económica"

Elisa Silió
Edificio de la Real Casa de Postas, sede de la consejeria de la Presidencia
Edificio de la Real Casa de Postas, sede de la consejeria de la Presidenciauly martín

En el nuevo plan de ordenamiento urbanístico de Madrid, que última el gobierno municipal de Ana Botella (PP), sorprende la conversión de la Real Casa de Postas, sede de la Consejería de Presidencia y Justicia, en un espacio que podría albergar una tienda o un hotel de lujo. Su calificación inicial era “dotacional” —en realidad, un equipamiento público—, pero el avance del plan urbanístico presenta su uso final como de “actividad económica”. Su ubicación en el corazón de la capital —entre las calles de la Paz, Pontejos y Correos— lo convierte en un terreno muy apreciado por cualquier comercio u hotel de lujo. El inmueble tiene una superficie construida de 4.700 metros cuadrados.

El palacio fue proyectado en 1795, durante el reinado de Carlos IV. Fuentes del Ayuntamiento explican que el Consistorio “no cambia el uso a ningún edificio concreto, sino que legisla para dar esa posibilidad, el cambio de uso será si lo pide la Comunidad”. Además, el cambio de utilidad tendría que pasar por una comisión de conservación y la Comunidad “es la máxima autoridad regional en materia de protección del patrimonio”, recuerda esta fuente.

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Otros edificios de la Comunidad también cambian su uso: el de Sanidad en la calle de la Aduana; Transportes en Orense; Asuntos Sociales en Espartinas; la Agencia de Calidad de las Universidades en Duque de Medinaceli; la sala de exposiciones Alcalá 31; el centro de vacunación de Núñez de Balboa; el antiguo dispensario de Goya y los juzgados de plaza de Castilla.

Pero en el caso del edificio neoclásico de Juan Pedro Arnal existe un valor artístico añadido. Situado detrás de la Casa del Correo, reunía las caballerías donde se renovaban los tiros y se relevaban los correos que llevaban la correspondencia.

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El Ayuntamiento no entra a valorar el cambio de uso dotacional a uso económico. “Damos la posibilidad a quien quiera, a través del nuevo plan, de simplificar los usos urbanísticos, dejándolos en dos categorías: actividad económica y residencial. Obviamente, la Casa de Postas no es residencial (nunca lo fue), por lo que quedaría incardinado en el genérico de actividad económica”.

“Va en sintonía con una política del PP que consiste en malvender —o por lo menos intentarlo— el patrimonio inmobiliario de todos los madrileños y madrileñas”, se lamenta Ángel Pérez, líder municipal de Izquierda Unida, grupo que denuncia esta recalificación. “Y para ello dan facilidades para ponerlo en manos de los tiburones financieros y de los especuladores, que son los únicos que se benefician con estas operaciones”. Para Pérez, “basta comprobar cómo el Ayuntamiento ha puesto a precio de saldo pisos que compran fondos buitre y que no son ofrecidos a ese precio a los propios vecinos”.

José Antonio Granero, decano del Colegio de Arquitectos de Madrid, recuerda que hay 1.800 edificios de las Administraciones (Estado, Comunidad y Ayuntamiento) en Madrid, y no todos tienen un uso adecuado. Algunos podrían ocupar locales en otras zonas, revalorizando el entorno, o al revés, cambiando de sitio generar actividad económica, de empleo o social. “Hay que aplicar criterios racionales y este reordenamiento urbano es una oportunidad”, sostiene.

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El último plan de ordenamiento es de 1997. La intención es que 146 parcelas y edificios que son ahora dotaciones públicas (equipamientos deportivos, educativos, sanitarios o administrativos), como la Casa de Postas, puedan convertirse en oficinas, hoteles o comercios.

Granero cree que la Casa de Postas no llegará a albergar una tienda, aunque no descarta un hotel, un uso que defiende. “Las ciudades tienen que estar vivas e ir cambiando según las necesidades”, ejemplifica.

Para cambiar el uso dotacional por el de actividad económica se necesita una licencia municipal. Y para lograrla, el nuevo dueño del inmueble tendrá que ceder al Ayuntamiento una superficie de la misma extensión y compensar con suelo o dinero la diferencia de valor. Ya con la licencia, si se trata de un uso de oficinas, no hace falta pasar ningún trámite administrativo más, pero sí para convertir el inmueble en un centro comercial, un hecho con fuerte impacto en la ciudad.

Recambio de caballos, oficina de telégrafos o comisaría

Fue el rey Carlos IV quien ordenó la construcción de la Real Casa de Postas, destinada al recambio y descanso de los caballos que seguían los caminos de la correspondencia. Por eso se levantó en la parte de atrás de la Real Casa del Correo (Puerta del Sol, 7), con la que se tenía mucho contacto.

La Casa de Postas, un edificio neoclásico de Juan Pedro Arnal de 1795, acogió el servicio de telégrafos y dependencias de la Policía Nacional bajo el nombre de Cuartel de Zaragoza. En 1985 pasó a manos de la Comunidad, por una permuta del presidente Leguina, el entonces alcalde de la capital, Enrique Tierno Galván, y el ministro de Interior, Javier Barrionuevo.

La idea de un nuevo uso comenzó entonces a fraguarse, pero la Policía Nacional puso todas las trabas que pudo. Se resistieron durante 15 años los 280 agentes que trabajaban allí en el servicio judicial y de asistencia a la mujer. Y hasta el delegado del Gobierno, Pedro Núñez Morgades, reconoció su negativa. “He pedido al Gobierno regional que el desalojo del Cuartel de Zaragoza se haga lo más tarde posible. Tenemos que encontrar un hueco a los funcionarios”.

Hasta que en 2001 la policía se mudó y la Comunidad arrancó unas ambiciosas obras que costaron 1.500 millones de pesetas (9 millones de euros) con la intención de que se convirtiese en la sede de Presidencia y Justicia (al principio, Hacienda). El presidente de la Comunidad, Alberto Ruiz-Gallardón, recordó en esa fecha que se habían hecho “auténticas barbaridades” en un inmueble histórico “muy deteriorado”. Por eso, se vieron obligados a la restauración, según la traza original, las fachadas, las crujías y el patio, que se cubrió con un techo acristalado.

Entre las “barbaridades” de este solar de forma triangular de 1.099 metros cuadrados, está la construcción en el siglo XIX de una nueva planta que no guardaba relación alguna con el edificio.

Además de las obras, que se prolongaron durante muchos meses, el Ayuntamiento mejoró la iluminación de esas calles, sustituyó los bancos y plantó árboles pequeños, acciones que revalorizaron una zona degradada.

La idea es aprobar el ordenamiento urbano antes de las elecciones de mayo de 2015 y que el plan guíe el crecimiento de la ciudad una década.

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Sobre la firma

Elisa Silió
Es redactora especializada en educación desde 2013, y en los últimos tiempos se ha centrado en temas universitarios. Antes dedicó su tiempo a la información cultural en Babelia, con foco especial en la literatura infantil.

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