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Un recorte de 6.000 trabajadores

En cuatro años se han perdido 2.300 empleos en las escuelas e institutos públicos, otros 1.400 en las universidades y casi 2.500 en los hospitales

Protesta de los trabajadores de la sanidad.
Protesta de los trabajadores de la sanidad.CONSUELO BAUTISTA

Las escuelas, los hospitales y y las universidades de Cataluña tienen hoy unos 6.000 trabajadores menos que en 2010. Los recortes que afectan el sector educativo y el sanitario desde 2010 -1.076 millones, un 20,6%, y 1.585, un 16%, respectivamente- han impactado notablemente en las plantillas, que son el mayor capítulo del gasto.

En detalle, el Instituto Catalán de la Salud (ICS) ha perdido más de 2.400 empleados (un 7%), mientras que escuelas e institutos tienen 2.307 profesores menos (3%) y las universidades se han quedado sin 1.400 trabajadores (6%) en cuatro años, según reflejan el Banco de datos de ocupación pública de la Generalitat, en base a las cifras que facilitan los departamentos, aunque en muchas ocasiones las estadísticas del banco y las que publica cada área no coinciden.

Los grandes hospitales públicos, como Vall d'Hebron o Bellvitge -estos días en pie de guerra por el colapso de las urgencias y el cierre de camas en verano- pertenecen al ICS, la mayor empresa pública de Cataluña, que gestiona ocho grandes hospitales y la mayoría de los centros de atención primaria (CAP).

Las escuelas eliminan las colonias por los recortes

Este organismo ha perdido 2.415 empleados (6,7%) en los últimos cuatro años, hasta quedarse en 33.284 trabajadores a inicios de 2014. Pero la reducción de la plantilla se da al mismo tiempo que su precarización laboral. El colectivo de interinos ha caído y se ha incrementado el personal laboral temporal, que son los trabajadores con los salarios más bajos y los contratos más inestables. Desde 2010 este grupo ha crecido en 2.477 personas y los interinos han descendido hasta los 8.123 empleados.

Sindicatos y trabajadores denuncian que, al tiempo que no se cubren las jubilaciones, los recortes han aumentado los contratos precarios. “Los eventuales hacen trabajos estructurales, y deberían estar contratados como interinos, pero sale más barato hacerlo así: les hacen contratos cada vez por menos horas, los mandan al paro para no renovarlos y no reciben pagas por objetivos", alerta Teresa Fuentelsaz, vicepresidenta de Metges de Catalunya.

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Es el caso de una enfermera del área de cirugía del Hospital de Bellvitge, que lleva casi un año con contratos temporales "mes a mes". Después de más de 10 años de interina, esta trabajadora de 38 años está pendiente del teléfono desde septiembre, “esperando que llamen en cualquier momento”. Estuvo tres meses en paro, la llamaron para una baja y ahora espera que le hagan un contrato de verano.

“Pero bueno… en septiembre, otra vez a la expectativa, a ver qué pasará”, explica la mujer, que prefiere no identificarse por temor a que no la vuelvan a contratar. Según la Junta de Personal de Bellvitge, este hospital de de referencia ha perdido unos 500 empleados desde el inicio de los recortes ejecutados por el consejero de Salud, Boi Ruiz, a principios de 2011.

Los trabajadores también denuncian que la precarización revierte en la escasa especialización de los empleados temporales. Los contratos por horas o mensuales exigen total disponibilidad para entrar en cualquier área de los centros sanitarios: “Ahora estás cirugía, luego estás traumatología… Cada día te mandan a un servicio diferente y no dejan que te especialices en un área y eso se nota en la calidad de atención al paciente. No es lo mismo atender a un enfermo de neurología que a un paciente con un politraumatismo”, explica la enfermera.

Los maestros también han engrosado las listas del paro en este lustro. Las 4.000 jubilaciones de funcionarios del Departamento de Enseñanza se han compensado parcialmente con interinos y sustitutos. La pérdida de profesorado contrasta con el aumento de alumnos: 60.000 más el mismo periodo. La reducción de plantilla también ha provocado que se dejan de hacer desdoblamientos (partir el aula en dos para trabajar con menos alumnos).

“En algunos departamentos van tan justos que no les hemos podido dar cargos ni tutorías”, explica la directora de un instituto. También han perdido un psicopedagogo, lo que ha afectado a la atención a la diversidad. “Intentas combinarlo y que los profesores no hagan guardias para que los niños que más lo necesitan no se vean afectados, pero en muchos casos han perdido horas de atención”, admite.

La falta de profesorado y los recortes de estos años -más horas de trabajo y menos sueldo- ha provocado que muchos centros hayan dejado de hacer colonias y excursiones, pero también proyectos pedagógicos, como el de las Escuelas Verdes. “Antes podías quitarle una hora de clase a un profesor para que se dedicara a los proyectos de innovación, pero ahora no tienen horas. Además muchos están quemados por los recortes y hacen su trabajo, pero no les pidas extras. Nos hemos cansado de ir con el lirio en la mano”, remacha la directora.

Por su parte, las universidades se han quedado sin 1.438 trabajadores (un 6%) y cerraron 2013 con 23.420 empleados. Los campus han perdido empleados de todas las categorías, excepto laborales temporales. Desde CC OO lo achacan a que ha crecido el personal de apoyo a la investigación. “La disminución de plantilla se ha notado en que hay más alumnos por clase y en una sobrecarga de trabajo, tanto del profesorado como del personal administrativo2, abunda Juanjo Bravo, portavoz de la sección de Universidades de CC OO.

Mirando al detalle por universidades, la que más trabajadores ha cesado es la Pompeu Fabra. En tres años ha perdido casi una quinta parte de la plantilla, concretamente 340 personas. La reducción proviene básicamente de los profesores asociados (ha recortado el 49% de este colectivo), que tienen contratos temporales y al final del curso no son renovados. La universidad de Girona es la segunda que más ha pasado la tijera por la plantilla, un 15% desde 2010, lo que ha conllevado 300 empleados menos. Es la misma cifra que se repite en la Politécnica, mientras que la de Barcelona y la Autónoma han perdido unos 200 efectivos.

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