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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La reactivación de la industria: un reto de futuro

En el periodo 2008-2013 se ha perdido en nuestro país el 25% del empleo industrial

Con este título, las Federaciones de Industria de UGT y CC OO han elaborado un documento que pretende ser una aportación crítica sobre el estado de la industria en nuestro país, así como una contribución optimista a las posibles salidas de la crisis y al necesario cambio del modelo productivo.

Como se demuestra reiteradamente con la simple constatación de los datos, los países más desarrollados son aquellos que han apostado por el crecimiento de la industrial en el peso total de sus economías: La Europa del norte con el paradigma alemán, los países emergentes (los llamados BRICS), sin olvidar el sudeste asiático o el caso cercano de algunas Comunidades Autónomas en nuestro país, son demostraciones palpables de cómo se resiste mejor la crisis y el empleo desde la fortaleza de un potente sector industrial. En el 2008, la industria daba trabajo en nuestro país al 12,4% de los trabajadores ocupados, mientras que en los 27 empleaba al 20,3% de la población trabajadora y en Alemania al 25,6%. Desde entonces, en el periodo 2008-2012, han desaparecido en España 31.292 empresas industriales (el 14% del total de las empresas perdidas); en el periodo 2008-2013 se ha perdido en nuestro país el 25% del empleo industrial (más de 800.000 puestos de trabajo) y el índice industrial ha acumulado una caída del 23% en ese mismo periodo.

Entre 2008-2013 el PIB del País Valenciano ha caído un 10% a precios de mercado. Se trata de la mayor caída de todas las comunidades autónomas del Estado español debido fundamentalmente a que el País Valenciano ha sido el paradigma del modelo del boom. Sin embargo, el País Vasco y Navarra, donde el peso industrial es importante, solo han visto caer su PIB en este mismo periodo un 5,6 y un 4,1% respectivamente, con tasas de desempleo del 15,7% para el País Vasco y del 16,8% para Navarra en el IV trimestre de 2013, cuando en el País Valenciano la tasa de paro es del 27,9%. Es verdad que una gran parte de esa destrucción de empresas y de empleo obedece al reventón de la burbuja inmobiliaria y su efecto arrastre sobre sectores como la madera, los minerales no metálicos, material eléctrico, productos metálicos y mueble, por lo que habrá que pensar que la construcción solo tiene efectos negativos cuando se sustenta en la especulación y si bien no debe ser el modelo productivo sobre el que se sustente el crecimiento de nuestra economía, no es menos cierto que tiene un papel fundamental que jugar en su aportación equilibrada al PIB y al empleo.

Mientras tanto hemos reducido los gastos en I+D+i, hemos paralizado casi la inversión en infraestructuras, hemos encarecido los costes energéticos, hemos cerrado el grifo del crédito, pero eso sí, hemos impuesto una reforma laboral que pretende reducir los costes salariales como única apuesta para la mejora de la competitividad. Como se viene diciendo con cierta sorna: nos estamos achinando mientras los chinos se europeízan. La Investigación+Desarrollo+innovación en el País Valenciano es manifiestamente insuficiente. Desde un punto de vista cuantitativo, valga como ejemplo el Plan Valenciano de investigación científica, desarrollo tecnológico e innovación 2001-2006, en este se situaba como objetivo conseguir en el año 2006 una ratio de gasto en I+D+i del 1,4% del PIB, finalmente, fue inferior al 1%. Pero es que, todavía hoy, más de diez años después, no hemos conseguido ni siquiera ese objetivo (en el año 2012 se sitúa en el 1%). El País Valenciano presenta un gasto en I+D por debajo de la media estatal (1,3%) y en mitad del que gasta la UE 27; el esfuerzo en I+D de las empresas al País Valenciano es prácticamente la mitad que en el Estado; igualmente el gasto en I+D de las administraciones públicas está por debajo de la media estatal; y también se sitúa por debajo de la media estatal el número de ocupados en I+D por cada 1.000 ocupados. Además, la llegada de la crisis ha hecho retroceder de forma importante este gasto, más aún si tenemos en cuenta que, si su participación en el PIB ha disminuido, en una situación de recesión, es porque el gasto en I+D+i ha caído más de lo que lo ha hecho el PIB. Además, es importante señalar que del montante global de ese gasto, apenas el 35% lo realizan las empresas en el País Valenciano (siendo fundamentalmente las universidades públicas quien lo realiza), mientras que en el País Vasco el gasto de las empresas supone el 75%.

Creemos que la apuesta por la industria debe ser un objetivo del conjunto de la Unión Europea, que las exigencias en materia de déficit deben excluir las inversiones en infraestructuras y el apoyo a la industria, que el BCE debe impulsar una devaluación del euro que mejore nuestra relación con otras divisas, que se debe resolver definitivamente el problema del crédito mediante una reforma bancaria que reduzca la fragmentación de los mercados de la eurozona y que se debe acometer una reforma fiscal más homogénea en el conjunto de la Unión.

Sin embargo, y a pesar de lo determinante de la política europea, nuestras administraciones, tanto la estatal como la autonómica, deben jugar un papel importante en la dinamización del sector industrial desde sus respectivos presupuestos aumentando la inversión en investigación, desarrollo e innovación, fomentar la inversión privada con políticas fiscales, apostar por la formación y la cualificación de los trabajadores, reforzar el agrupamiento empresarial que permita tamaños capaces de afrontar el reto de la internacionalización, favorecer un sistema energético más eficiente y equilibrado a precios competitivos, financiar proyectos de futuro y establecer diagnósticos a largo plazo consensuados con los agentes económicos y sociales.

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Las organizaciones sindicales somos las primeras interesadas en colaborar para que nuestro país sea capaz de alcanzar las mayores cotas de reindustrialización, estamos dispuestas, como siempre, a pactar las condiciones justificadas que permitan mejorar nuestra capacidad de competir en cualquier mercado, pero sabemos como sabe incluso el más descuidado observador, que esa competitividad, esa eficiencia no puede venir de la mano de los bajos costes salariales o del subempleo. Las industrias de capital extranjero que se instalan en España compiten bien y se caracterizan, como la mayoría del sector industrial, por la calidad de su empleo y una retribución salarial que supera la media. El automóvil ha sido capaz de adaptarse a las exigencias del mercado y generar ocupación incluso durante esta dura crisis. Los sindicatos actuamos frente a los problemas inmediatos con pragmatismo, defendiendo el empleo, pero proyectamos en el medio y largo plazo propuestas que pretenden situar a los trabajadores y a la sociedad en general al lado de aquellos que disfrutan de las mejores cotas de libertad, justicia social y bienestar. En esa dirección va el documento elaborado por las Federaciones de Industria de CC OO y UGT, y en esa dirección estamos convencidos que también estarán las asociaciones empresariales del sector a quienes queremos hacer partícipes. Confiemos en que los Gobiernos, tanto en España como en la Generalitat, sepan escuchar y valorar con interés nuestras aportaciones, que lo son del sector.

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