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Las ruinas crecen en el triángulo azulejero tras cerrar 50 fábricas

Grandes grupos se hacen con las naves de empresas quebradas por la crisis. Varios Ayuntamientos tratan el derribo de fábricas con los propietarios

Interior de una de las fábricas de cerámica que han cerrado como consecuencia de la crisis.
Interior de una de las fábricas de cerámica que han cerrado como consecuencia de la crisis.ÀNGEL SÁNCHEZ

Un retén policial vigila durante las 24 horas del día que nadie entre a desvalijar la nave que la histórica azulejera Azuvi tenía en el casco urbano de Vila-real. La fábrica es una de las decenas de esqueletos que la dura crisis del sector ha dejado en el llamado triángulo azulejero de Castellón. Los años de crisis se han cebado con esta industria y los negocios que vivían de ella. Hoy el sector se ha estabilizado y el aumento de las ventas al exterior está devolviendo cierto optimismo. Pero el panorama en esta zona que aglutina casi la totalidad de la producción azulejera nacional ha quedado tocado con la pérdida de casi 11.000 trabajadores y la desaparición de medio centenar de fábricas de las 200 existentes.

Las ruinas de Azuvi son un ejemplo. El Ayuntamiento ha negociado con los propietarios, cinco entidades bancarias, su derribo. La empresa abandonó esta fábrica por un convenio urbanístico firmado con el consistorio para trasladarse fuera del casco urbano pero poco después entró en quiebra. Y junto a ella decenas de firmas cerámicas.

Paco Vidal es un vecino de Onda de 54 años. Hace cuatro que la empresa en la que ha trabajado toda su vida cerró. “Empecé cuando llevaba solo un año abierta, tendría menos de veinte años y he estado allí durante 29”, explica. Habla de Cerypsa, una fábrica instalada en uno de los polígonos industriales de este municipio de tradición azulejera que echó el cierre en 2009. “Llegó a tener 140 trabajadores, hubo despidos y nos quedamos unos 90”, apunta Vidal. En diciembre de 2009 se firmó el ERE de extinción.

En las instalaciones se levanta un cartel que anuncia la ampliación que la firma llevó a cabo antes de que la crisis (y la mala gestión tras la muerte del fundador, según señala Vidal) golpeara al sector. En la vasta explanada hay varias retroexcavadoras. Un joven operario explica que hace tiempo que otra empresa la compró en una subasta. “No la han comprado para producir, la están utilizando como almacén”, señala.

Vicente Ortells es el secretario general de la Federación de Construcción, Madera y Afines (Fecoma) de CC OO. Según explica, hace un tiempo que las empresas del sector que están resistiendo a la crisis están comprando o alquilando las instalaciones de las que han quebrado. Los acreedores concursales las sacan a subasta. “Se están haciendo con ellas para utilizarlas de almacén o para producir en el menor de los casos”, dice.

Uno de los últimos casos es el de Real Cerámica La Plana, en Xilxes. El grupo Stylnul ha hecho una oferta por la práctica totalidad de su estructura productiva. “Hemos hecho una oferta de un 10% superior a la segunda, no es oficial, pero esperamos hacernos con los lotes”, explica Juan Carlos Barberá, gerente del grupo. Según apunta, la compra se hace por previsión. “No tenemos claro qué destino le daremos, nuestro ámbito está ya muy limitado (su recinto en Nules está a rebosar de palés de azulejos), no tenemos previsión de ampliar producción”, dice.

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En otros casos, la mayoría, los Ayuntamientos deben afrontar el abandono de las fábricas y tratar con los propietarios su derribo.

Entre 2007 y 2010, los años “más duros” de la crisis, según la patronal Ascer, la producción y las ventas en el sector cayeron un 40% y el empleo en un 50% (de 25.000 a 14.300 puestos directos). De unas 200 fábricas han cerrado 50. “No todos corresponden a cese de actividad, en algunos casos se trata de absorciones entre empresas”, indicaron. La producción ha pasado de 600 millones de metros cuadrados antes de la crisis a los 420 de 2013. Y es el mejor dato desde 2009. El aumento de las exportaciones es la esperanza del sector. Las ventas fuera de España han pasado de 1.673 millones en 2009 a 2.240 el pasado año.

“Del medio centenar de empresas cerradas, una decena han sido compradas o alquiladas en el último año y medio", explica desde Fecoma-CC OO Atilano Escobar. Él sostiene que una docena de grandes grupos cerámicos se está haciendo con el mercado. "La concentración se veía desde hacía tiempo, pero ahora se está notando mucho más", asegura. Escobar ve como algo negativo este proceso aun cuando se utilicen las naves adquiridas para aumentar la producción: "No cuentan con los trabajadores de antes, ellos contratan y lo hacen a precios más bajos porque así lo permite la reforma laboral, y esto es competencia desleal entre empresas”.

Cita a Zirconio como excepción. Hace un año que el grupo malasio Niro compró la fábrica (en concurso de acreedores) y salvó del despido a sus 116 trabajadores. Los problemas, no obstante, han comenzado ahora. "Se comprometieron a mantener las condiciones y acabamos de ir a juicio porque han presentado una rebaja de la masa salarial del 30%", afirma.

Ascer también reconoce los procesos de concentración pero apunta que “uno de los cambios más destacados es el aumento de la subcontratación y la especialización productiva”. KPMG realiza todos los años un estudio del sector azulejero analizando solo las 21 mayores empresas. En el último informe publicado (referente al año 2011) concluyeron: "Las 21 principales empresas representan ya el 52% de las ventas del sector, lo que constata la concentración que está experimentando el sector".

En el camino quedan los más de 10.000 trabajadores que han perdido su puesto de trabajo y que, según ha indicado la patronal en otras ocasiones, será difícil que retornen a un sector que se ha ajustado a la realidad actual.

200.000 euros para derribar Azuvi

LORENA ORTEGA

El Ayuntamiento de Vila-real ha sido el último que ha tenido que lidiar con los propietarios de una nave azulejera abandonada para que se hagan cargo de su derribo. La fábrica, cerca del casco urbano, ha sido objeto de saqueos continuos. El año pasado un hombre falleció al caer del tejado mientras robaba chatarra de la nave. Desde entonces, el Consistorio ha estado en negociaciones con las entidades bancarias dueñas del recinto y parece que el conflicto está cerca de llegar a su fin. Los propietarios acaban de presentar un proyecto de derribo con un coste de 200.000 euros (a pagar por las entidades) pero todavía no hay fecha de inicio de trabajos.

En los últimos años otras naves como Cerámicas Gaya (Onda), Porcelanatto (Borriol), Cerabec (Betxí) han sido saqueadas. A los problemas por falta de seguridad o robos se suma la existencia de amianto. A finales del pasado año, el Ayuntamiento de Betxí ordenó la limpieza inmediata del solar de Cerabec tras ser desvalijado por los ladrones y por la presencia de este peligroso material. Los acreedores concursales tuvieron que contratar a una empresa para limpiar la zona, ahora sellada.

En el caso de Porcelanatto, los ladrones acabaron provocando un incendio que calcinó por completo lo que quedaba de las oficinas que la azulejera tenía en Borriol. El entonces alcalde, Adelino Santamaría, admitió que los buscadores de chatarra ya habían provocado pequeños fuegos en otras ocasiones para hacerse con el material. Otra histórica, Cerámicas Gaya, fue saqueada a finales del pasado año.

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