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Camacho: “Una Cataluña independiente habría acabado como Grecia”

La popular sostiene que España ha evitado la bancarrota de la Generalitat "Es usted un presidente débil, inestable e irresponsable", le recrimina la senadora

Àngels Piñol
Sánchez-camacho junto al presidente Artur Mas y Francesc Homs, portavoz del Gobierno catalán.
Sánchez-camacho junto al presidente Artur Mas y Francesc Homs, portavoz del Gobierno catalán.ALBERT GARCIA

Artur Mas, presidente de la Generalitat, dijo ayer varias veces que mantiene “conversaciones” —en plural— con Mariano Rajoy sobre el proceso soberanista. Nada ha trascendido sobre ellas pero no parece que estén encarriladas a tenor del furibundo discurso que pronunció Alicia Sánchez-Camacho, la líder del PP catalán. La senadora acusó a su antiguo socio de basar su plan soberanista en “cinco grandes mentiras” y le calificó como un presidente “débil, inestable e irresponsable” por lanzar el “desafío más peligroso” de la historia constitucional. “Una Cataluña independiente, con la herencia del Tripartito, habría acabado ¿como Grecia, Portugal, Chipre?”, se preguntó. “Pertenecemos a España, un gran país con un Estado grande y por eso no nos han rescatado. Cataluña se ha salvado de la bancarrota”, argumentó.

Rivera: "España hay que reformarla; no romperla"

ANGELS PIÑOL

Albert Rivera, líder de Ciutadans, instó a Mas a elegir entre estas tres vías:  rectificar, dimitir o convocar ya elecciones anticipadas."Prefiero otra vez unos comicios que soportar tres años de esta deriva", afirmó Rivera. Su proyecto es  construir, con el apoyo del PP, PSC y los federalistas de Iniciativa, una nueva alternativa a la mayoría soberanista que conforman CiU y Esquerra. "Iremos a esas elecciones con la  intención de ganarlas", avisó a Mas. Con todo, Rivera reconoció que el PP y el PSOE no han sabido vertebrar España: "Hay que reformar España, no romperla. Necesita una reforma democrática profunda". En un debate mucho menos tenso que el de Sánchez-Camacho, Rivera  invitó a Mas a aclarar si acudirá a esa hipotéticas elecciones con un programa compartido con Esquerra con un único punto en favor de la independencia. En esa tesitura, le preguntó que hará si revalida la mayoría: "¿Proclamará la independencia desde un balcon? Miedo, no. ¡Pánico me da! No juegue con fuego ni incendie la sociedad. Ni su carrera política ni la mía valen esa fractura". "Mi carrera, para bien o para mal, yo ya lo tengo hecha", zanjó Mas.

En el dialogo más tenso de la jornada, la popular sentenció con sarcasmo que compartía la idea de que España tiene un problema. “Y es usted”, le espetó a Mas. A su juicio, la hoja de ruta soberanista es falsa por cinco razones: primero, porque los catalanes no pueden decidir sobre las fronteras con España; segundo, el derecho de decidir es un eufemismo para no citar el derecho de autodeterminación previsto en los tratados internacionales para las colonias o los países en guerra; tercero, que la consulta la prohíbe la Constitución; cuarto, que no es cierto el mensaje de que España nos roba, y, quinta, que tampoco lo es que una Cataluña independiente pueda seguir en la UE. Precisamente, Mas viajará el lunes a Bruselas para reunirse con los vicepresidentes Olli Rehn y Maros Sedkovic.

La popular, que atacó también con dureza a Oriol Junqueras, brindó a la Cámara aprovechar la “oportunidad histórica” para reformar el Estado autonómico y mejorar la financiación. Sin embargo, su resolución menciona solo un diálogo “leal” con el Gobierno central para mejorar “el modelo de Estado”. Entre su veintena de resoluciones, figura una para suprimir las “embajadas” y otra para lamentar el asalto fascista a la Delegación de Generalitat en Madrid al que define solo como el Centre Cultural Blanquerna.

En su réplica, Mas citó la extensa lista de agravios  —“¡Es muy cutre que yo deba informar al Gobierno si quiero hacer un viaje al extranjero!”— que ha provocado que los catalanes hayan cambiado de chip, hartos ya de ser “el burro de todos los palos”. “La consulta es lo que más une a los catalanes”, alegó Mas. No convenció a la popular, que le acusó de usar un doble discurso en Cataluña y Madrid; de alentar el soberanismo y de no ser neutral en una eventual consulta.

El debate entre Mas y Albert Rivera fue menos agrio. El líder de Ciutadans planteó a Mas tres vías: rectificar, dimitir o convocar elecciones anticipadas. “Las prefiero antes que soportar tres años esta deriva”, dijo Rivera, dispuesto a cambiar la mayoría soberanista. Y lanzó esta cuestión: “¿Se presentará con un programa compartido con ERC con un único punto a favor de la secesión? ¿Qué hará si gana? ¿Proclamar la independencia? ¡Pánico me da! No incendie la sociedad. Ni su carrera ni la mía valen fracturar la sociedad”. “Mi carrera, para bien o para mal, ya la tengo hecha”, zanjó Mas.

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