Spanair solo recuperará 60 de los 120 millones de activos declarados

El agujero de Spanair será superior a lo previsto. Los administradores concursales de la aerolínea, que cesó en sus actividades de forma sorpresiva el pasado 27 de enero, solo prevén recuperar 60 millones de euros de los activos que tenía la aerolínea, pese a que la cúpula que presidía Ferran Soriano declaró unos bienes valorados en 120 millones de euros. Es lo que se desprende del inventario que han realizado los encargados de liquidar la compañía. Según este, la masa activa asciende a 102,3 millones de euros; pero, descontadas las resoluciones de contratos, el activo real se limita a 60,7 millones.

La mayor cifra corresponde a deudores y otras cuentas pendientes, y asciende a 25,2 millones; en depósitos y reservas, la aerolínea ha contabilizado 7,9 millones netos, que estarían disponibles. Otras de las grandes esperanzas de los administradores para reducir el agujero económico que dejará la compañía aérea es la subasta de motores y repuestos de aviones (no hay ningún avión, pues toda la flota estaba contratada en régimen de leasing), y otros tipos de activos, entre los que se encuentran mobiliario y vehículos.

Precisamente, la subasta de activos de Spanair empezó el pasado jueves, después de que el personal que queda en la compañía inventariara sus bienes y los repartiera en un total de 2.804 lotes, ubicados en las tres bases de la empresa: Barcelona, Palma y Madrid. Los actuales gestores de la compañía calculan que podrían ingresar por esta vía los 15,8 millones de euros, pero esa cantidad queda sujeta a las ofertas que vayan llegando, que se prolongarán gasta el próximo 10 de julio. Los administradores tienen previsto presentar el informe definitivo durante la última semana de julio.

Los lotes están organizados por tipos de bienes. Se vende de todo: desde cinturones de seguridad hasta cortinillas de los aviones. Del éxito de la venta depende que la plantilla cobre parte de la indemnización pactada en su expediente de regulación de empleo, cuyo coste asciende también a 60 millones de euros.

Cuando Spanair instó el concurso calculó un pasivo de 474 millones de euros y unos activos por un valor de 120 millones. Con el paso del tiempo y la aprobación del expediente de regulación de los 2.597 empleados de la aerolínea, las deudas acabarán superando los 500 millones.