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El dinero de los jubilados mantiene la cohesión social en Cataluña

El 30% de los mayores colabora en mantener a alguien de su familia “Los canales de solidaridad intergeneracional se invierten”, alerta Creu Roja

Clara Blanchar
Abuela comprando mientras se ocupa de su nieto.
Abuela comprando mientras se ocupa de su nieto.CRISTOBAL MANUEL

Con 630.932 parados en Cataluña y, de estos, 203.858 sin cobertura porque han agotado el paro, no hay que ser ningún genio para pensar que si la cohesión social no salta por los aires es gracias a la economía sumergida y a la ayuda familiar. Hasta ahora no había cifras al respecto. Este jueves, Creu Roja lo ha presentado. El impacto de la crisis en las personas mayores, un demoledor estudio del Observatorio de Vulnerabilidad de la Cruz Roja de Cataluña que revela que los abuelos se han convertido en un “pilar de contención social”.

“Se está invirtiendo el flujo de los canales de solidaridad intergeneracional”, señala el estudio, que constata que el 30% de los mayores de 65 años se ha visto abocado por primera vez a ayudar económicamente a alguien de su familia en los últimos dos años. Entre los jubilados más pobres, el 55% ha acogido a alguien en su casa y el 18% se ha visto obligado a irse a vivir con un familiar.

El estudio se ha hecho a partir de 674 encuestas a 510 mayores usuarios de los servicios de Creu Roja y otros 164 también mayores, pero participantes en proyectos de atención a la pobreza. El resultado apunta cómo la calidad de vida está empeorando. Se observa en las respuestas de los abuelos a las cuestiones más cotidianas. Por ejemplo: el 13% ha dejado de recibir ayuda (el 56% de estos, la que le prestaban sus propios hijos); a una cuarta parte le cuesta mantener su hogar a la temperatura adecuada; el 43% ha reducido el gasto destinado a energía, higiene personal o alimentación; el 19% no puede comer carne y pescado de forma regular: el 30% no puede ir al dentista ni al oculista cuando lo necesita...

Todas ellas son cifras que alcanzan niveles dramáticos en el grupo de pobreza. Hasta el punto de que para comer la mitad recurre a los servicios de Creu Roja, que les provee de alimentos. No es de extrañar si este grupo de jubilados en peores condiciones tiene unos ingresos medios de 550 euros. El dinero del que dispone el grupo mayoritario tampoco es para tirar cohetes: entre 600 y 900 euros estirados con los que tienen que vivir ellos y, en un tercio de los casos, ayudar a los suyos. El presidente de Creu Roja, Josep Marquès, alertó de la necesidad de cuidar a las personas mayores y de que “cualquier política referida a la vejez puede tener repercusiones sobre el conjunto de las familias y la sociedad”.

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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