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Las naranjas se venden mejor en Internet que en los mercados

Millones de kilos llegan a los consumidores a través de las páginas webs La demanda no se puede organizar porque todavía está más deslocalizada.

Un agricultor recolecta naranjas en un campo en la comarca de La Plana Baixa de Castellón.
Un agricultor recolecta naranjas en un campo en la comarca de La Plana Baixa de Castellón.ÁNGEL SÁNCHEZ

La citricultura está al borde del colapso en la Comunidad Valenciana. Pero pese a que políticamente se relaciona ya más con una cuestión cultural identitaria, dado el poco peso que tiene en el PIB autonómico como actividad económica, todavía hay resquicios que permiten su regeneración. Lo demuestra el espectacular incremento de páginas web donde se venden millones de kilos de cítricos cultivados. Son solo pequeñas ventanas de esperanza en un mar de producción de casi cinco millones de toneladas, pero estas iniciativas se cuentan ya por docenas y están permitiendo que sobrevivan enraizados a la tierra centenares de agricultores con diferentes fórmulas de autoempleo.

Para empezar, la venta directa al consumidor elimina los intermediarios. Además, está contribuyendo a diversificar la producción para su venta escalonada y, en la mayor parte de los casos, ha convertido en rentable el mantenimiento de fincas familiares. Casi todos ofrecen poner en la mesa del comprador una caja de cítricos de entre 10 y 15 kilos en 24 horas por un precio final en torno a los dos euros el kilo.

Pero la venta de cítricos por Internet también empieza a sufrir los males de los canales tradicionales. La oferta es muy dispersa, como siempre está poco organizada y funciona, en la mayoría de los casos, por la iniciativa personal de los mismos citricultores, que han encontrado en esta vía la posibilidad de obtener precios superiores a los que reciben del comercio privado o las cooperativas. La gran ventaja es que la demanda no se puede organizar porque todavía está más deslocalizada.

“Tenía dos alternativas: perder los campos o defenderme con la red”

Es imposible saber el volumen de cítricos valencianos que se vende a través de la red o la facturación que representa. La Consejería de Agricultura no dispone de datos y tampoco los sindicatos agrarios, ya que cada citricultor hace la guerra por su cuenta. El pionero en este ya casi subsector económico fue Federico Aparici, creador en 1998 de naranjaslola.com. Ya entonces, “cansado de malvender las naranjas”, apostó por la red “cuando ni siquiera había teléfonos móviles”. Aparici vende a través de internet desde 2007 toda su producción, unos 200.000 kilos, que recolecta en 200 hanegadas de Cullera. Tiene entre sus clientes a los cocineros Ferran Adrià o Martín Berasategui y a algunos de los mejores hoteles de España. “Está siendo una campaña dura, porque la bajada del consumo ha traído aparejado un descenso de las ventas”, dice, pero mantiene el optimismo: “Tras 14 años estamos entrenados para todo. Mi aspiración es hacer las cosas bien y que el comprador pague lo que vale el producto por su calidad”, añade este agricultor, que para poder tener su tienda virtual abierta los 12 meses ha añadido a su oferta desde hace dos años tomates y melones. En la empresa trabajan seis personas de la familia, pero también necesita puntualmente contratar mano de obra para satisfacer a clientes de Francia, Alemania o Inglaterra.

La cruda realidad la explica José Pascual, que con su mujer Vega Álvarez, gestiona naranjanavelate.com. Comenzaron en 2008 y ahora venden entre el 15 y el 20% de su producción, unos 8.000 kilos, a través de la web. José descuelga el teléfono cuando está quemando leña tras la poda de sus mandarinos clemenules, todavía con la fruta en las ramas. “Esto es lo más triste que te puedas imaginar”, cuenta antes de relatar que “un 40% de las mandarinas no las pude vender y el resto me las pagaron a 4 céntimos, cuando cuestan 20 de producir; luego las heladas arrasaron la navelate y con las variedades hernandina u ortanique el comerciante no ha pasado de los 21 céntimos por kilo, que no da más que para cubrir costes”. “Si no fuera por la venta por Internet, no podríamos seguir”. Su mujer se encarga de la web mientras él cultiva 16,5 hectáreas, algunas de las cuales todavía riega a manta.

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La “insostenible situación” en el campo ha llevado a la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) a convocar una marcha que se celebrará escalonadamente en abril y mayo por diferentes comarcas de la Comunidad Valenciana, para finalizar con dos manifestaciones en Madrid y Valencia. “Los agricultores valencianos nos encontramos al límite de nuestras posibilidades de subsistencia”, ha llegado a asegurar el presidente de AVA, Cristóbal Aguado. AVA calculó que el desplome de los precios y la consiguiente pérdida de rentabilidad de las explotaciones citrícolas, supondrá esta campaña unas pérdidas de 112 millones de euros.

“Hay que cambiar de mentalidad para cambiar el modelo”, dice un agricultor

Dan fe de ello los hermanos Gonzalo y Guillermo Antelo, que en 2004 fundaron una cooperativa familiar para reconvertir a la citricultura ecológica la explotación que les entregó su padre, acobardado por su falta de rentabilidad. Crearon naranjasche.com y su crecimiento les ha llevado a comprar y alquilar otros campos hasta conseguir cultivar 120 hanegadas.

Guillermo, ingeniero agrónomo, aceptó el reto y ahora Gonzalo dice que “nos ha ido bien, en parte porque al gestionar producción ecológica tenemos menos competencia; al menos hemos conseguido dedicarnos a esto”. Venden el 90% de su cosecha —unos 2.500 kilos por semana— a particulares y cultivan hasta una decena de variedades de cítricos. Han tenido que contratar a una persona fija, pero para trabajos puntuales necesitan a una cuadrilla de Sagunto, donde están radicados sus campos.

El crecimiento de la venta por Internet es tan rápido que en una población de algo más de 3.000 habitantes como Corbera existen 14 páginas web donde se venden cítricos. Lo cuenta Luis Sierra, creador de lamejornaranja.com, abierta en 2002. Él también ha conseguido vender toda la producción de sus 60 hanegadas, “unas 12.000 cajas”, utilizando la red. “Otros años hemos llegado a recolectar campos de familiares”, cuenta, pero esta campaña han notado una leve caída de la demanda.

La primera web en ofrecer naranjas a domicilio vio la luz hace cinco años

El patrón del inicio de estas actividades siempre es el mismo. “Tras varios años con los precios por el suelo, tenía dos alternativas: dejar perder los campos o intentar defenderme con Internet”, recuerda Sierra. Arrancar tiene ventajas. “Es un negocio sin barreras de entrada que no requiere una gran inversión”. Pero también problemas, “porque al principio no puedes vender toda tu producción por Internet”, añade. Por eso conoce algunos casos de páginas web que han cerrado. “Cambiar el modelo de comercialización requiere también un cambio de mentalidad del agricultor y mucha gente no lo consigue”, finaliza.

Sí que lo hicieron los cuatro hermanos Casanova. A través de su web, naranjascasanova.com, venden ya casi un 30% de los cítricos que producen en sus 160 hanegadas. “Sin la web no podríamos funcionar”, asegura José, uno de ellos. Optaron por “intentar salvarnos” abriendo la ventana de la red tras “varios años vendiendo nuestra producción por debajo del precio de coste”. Ahora ya trasiegan unos 100.000 kilos en cajas de 10 ó 15 kilos que colocan en la mesa de cualquier domicilio de España en 24 horas.

Quienes han apostado tarde por el negocio han tenido que invertir dinero en publicidad y posicionamiento de su web. Es el caso de naranjasgourmetdeorihuela.com que abrió hace tres años. El segundo dobló las ventas y esta campaña “también hemos crecido, a pesar de la crisis de consumo que vivimos”, dice José Luis Moreno. Ahora ya venden unos 100.000 kilos, casi el 15% de su producción, a través de la red, haciendo rentable la explotación de una finca “tras muchos años perdiendo dinero”.

Según la información de la Mesa de Cítricos de la Consejería de Agricultura, en la recta final de la campaña citrícola los agricultores valencianos están recibiendo entre 1,5 y 1,95 euros por una arroba de Navel Lane Late, entre 2,75 y 3,60 si es Navel Powell, entre 2,40 y 3,60 para el caso de la Valencia Late y entre 1,80 y 2,40 por cada arroba de la mandarina Ortanique. Tal y como ha ido la campaña, hasta pueden considerarse buenos precios. Pero el peso de la temporada recae sobre variedades como la navelina o la clemenules, cuyo valor en el mercado ha acabado, un año más, por debajo del precio de cosecha.

Cien labradores y 800.000 arrobas

“Le he vendido las naranjas a un comerciante de Castellón y me ha dicho que si me hubiera conocido antes, me las habría comprado otros años”. Este comentario de su padre alumbró en la cabeza de Juan José Bas la idea de crear una plataforma en Internet donde los agricultores pudieran ofrecer sus naranjas. Y desde hace un mes está operativa Naranjasyfrutas.com, que ha recibido el apoyo de la Unió de Llauradors y AVA. En tan poco tiempo, “y solo con el boca a boca”, ya se han adherido un centenar de citricultores que reúnen unas 800.000 arrobas.

“Se trata de que los comerciantes puedan contactar directamente, de una forma rápida y sencilla con el agricultor”, cuenta Bas, que ha corrido con todos los gastos del proyecto y ofrece el portal de forma gratuita. Bas, ingeniero técnico agrícola, contrató a informáticos y diseñadores, se reunió con comerciales para saber sus necesidades geográficas y afrontó el reto “con la idea de ayudar al agricultor”, tras detectar que existía un vacío en el mercado y esperando poder recuperar algún día la inversión que ha hecho con la venta de publicidad.

La web permite incluso introducir fotos de la fruta en el árbol, distingue si la producción es integrada para su exportación a Estados Unidos y el comerciante interesado en una variedad concreta puede hacer búsquedas por espacios geográficos en entornos de entre 10 y 200 kilómetros. Ya se han registrado importantes fincas, como la que ofrece 100.000 arrobas de la variedad Valencia Late cultivadas ecológicamente en San Bartolomé de la Torre.

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