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Los impuestos cuadrarán el ajuste

El Gobierno estudia medidas para elevar la recaudación del impuesto de sociedades y anticipar el cobro de otros tributos para cumplir con el déficit impuesto por Bruselas

Jesús Sérvulo González
Cristóbal Montoro, en el centro, tras un Consejo de Ministros.
Cristóbal Montoro, en el centro, tras un Consejo de Ministros.LUIS SEVILLANO

Suele ocurrir que los encargados de elaborar los presupuestos se devanan la sesera para que las cuentas cuadren. Desde que comenzó la crisis, la tarea se ha vuelto más complicada porque los ingresos se desploman año tras año y al final el resultado tozudo refleja que las Administraciones gastan más de lo que recaudan. Ante este difícil panorama, los responsables del Ministerio de Hacienda tratan de evitar las medidas más impopulares, las que más pueden dañar al bolsillo de los ciudadanos, que son los recortes de gasto. Al menos eso es lo que dicen, cuando falta una semana para las elecciones andaluzas, porque España debe acometer el mayor ajuste presupuestario en la democracia y las soluciones no abundan. Así que la solución para cuadrar las cuentas pasa por aumentar la recaudación fiscal.

Las Administraciones públicas deberán reducir al máximo sus gastos y exprimir la maquinaria fiscal para cumplir con el objetivo marcado por Bruselas: el déficit no podrá superar el 5,3% del PIB en 2012, medio punto menos de la previsión inicial del Gobierno. En este escenario, el Ejecutivo central, comunidades autónomas y Ayuntamientos tendrán que reducir en 34.930 millones su desajuste presupuestario. Y eso después de un duro correctivo por parte de la Comisión Europea, que el pasado martes obligó al Gobierno a corregir en medio punto su previsión inicial de déficit.

Gastos e ingresos

  • Para cumplir con el objetivo de Bruselas y reducir el déficit al 5,3% del PIB este año, la Administración General del Estado deberá acometer un ajuste de 17.490 millones.
  • El Gobierno ha fijado el límite de gasto para 2012 en 118.565 millones de euros, destinados principalmente a pagar los intereses de la deuda (22.000 millones), prestaciones (30.000 millones) y gastos de personal (41.000 millones).
  • Las previsiones oficiales cuentan con un aumento de los ingresos fiscales de cerca de 15.000 millones (de ellos, unos 5.100 millones son por la subida del IRPF).

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha evitado presionar más a las anémicas comunidades al asumir el Gobierno central los 5.320 millones adicionales. En total, la Administración General del Estado deberá acometer un ajuste de 17.490 millones. El desafío resulta titánico si se tiene en cuenta que las previsiones del Ejecutivo sostienen que la economía española se contraerá un 1,7% del PIB. Desde numerosos sectores comienzan a multiplicarse las voces que opinan que el Gobierno no cumplirá con el déficit comprometido. La CEOE considera que no bajará del 6%.

Cinco días después de conocer el resultado de las elecciones andaluzas, el Gobierno presentará el Presupuesto de 2012 con la incógnita de cómo logrará reducir el déficit. La solución la dejó entrever Montoro la semana pasada al citar a Benjamin Franklin: “No hay nada más cierto que la muerte y los impuestos”. Es decir, que los ingresos fiscales serán la herramienta para lograr el ajuste.

Los técnicos de Hacienda buscan fórmulas para subir la recaudación. “Habrá medidas para agilizar las devoluciones, tocar las deducciones y mejorar las liquidaciones de los impuestos”, admiten fuentes del Ministerio. Uno de los objetivos consiste en agilizar y anticipar el pago de los impuestos. Para ello pretenden reducir las devoluciones y los aplazamientos solicitados por las empresas por las liquidaciones de IVA y del impuesto de sociedades.

Las previsiones del Gobierno ya reconocen un aumento de los ingresos de cerca de 15.000 millones —unos 5.100 corresponden a la subida del IRPF— y el resto: “Hay devoluciones de impuestos, liquidaciones de anticipos a las comunidades autónomas, deducciones...”, revelan en Hacienda sin dar detalles. Precisamente una de las soluciones que estudian es reducir los anticipos que el Estado paga a comunidades y Ayuntamientos. Aducen que ha puesto en marcha mecanismos para aliviar la financiación local y regional, como la subida del IBI, las líneas ICO o el crédito de 35.000 millones para pagar a proveedores.

Desde el Gobierno se insiste en que no se tocará el IVA, a pesar de tener los tipos más bajos de Europa. “Tenemos que hacer cambios fiscales buscando esa equidad que es fundamental para el carácter distributivo de la función del Estado”, dijo el ministro en lenguaje parlamentario. Traducido: no se tocarán los impuestos indirectos como el IVA, que penalizan a todos por igual independientemente de la renta. El titular de Hacienda descartó utilizar “instrumentos fiscales que sean inequitativos e injustos”. Y el impuesto más equitativo es el de la renta. Pero Montoro también rechazado nuevas subidas en los tipos del IRPF, que acaba de subir. Aunque sí hay margen para tocar bonificaciones o deducciones que afecten a las rentas más altas. También puede volver a elevar el tipo sobre las rentas de capital, que grava el ahorro, pero no parece probable. El ministro también descartó subir los impuestos especiales que gravan al tabaco, alcohol y las gasolinas. Así que limita sus alternativas fiscales.

El Gobierno central debe afrontar un ajuste de 17.490 millones de euros

Muchos miran al impuesto de sociedades. La recaudación sobre los beneficios empresariales se ha desplomado desde que comenzó la crisis un 64%. El Estado ha pasado de recaudar por este impuesto casi 45.000 millones en 2007, a solo 16.000 millones el año pasado. “La razón [de la caída de la recaudación] apunta al efecto de los beneficios en el exterior de los grandes grupos, que no tributan en España”, señaló el anterior director general de la Agencia Tributaria, Juan Manuel López-Carbajo. A pesar de que el tipo marginal del impuesto de sociedades es del 30% (el 25% para pymes), Hacienda solo ingresa el 9,9% de los beneficios empresariales. Las compañías se benefician del resquicio de deducciones y bonificaciones en el tributo para eludir una gran parte de la carga fiscal que les corresponde.

“Si se recuperara solo la mitad de la caída de la recaudación del tributo, el Gobierno podría ajustar los 15.000 millones”, explicaron hace unas semanas desde el Registro de Economistas y Asesores Fiscales (Reaf). Los técnicos de la inspección de Hacienda señalan que las dos grandes vías, legales hasta que se demuestre lo contrario, para escaquear impuestos son las deducciones por los intereses generados en el extranjero y las plusvalías derivadas de absorciones y fusiones de empresas. Pero otra de las vías de escape para minorar el pago del tributo empresarial son las entidades de tenencia de valores extranjeros (ETVE). Los dividendos, beneficios y plusvalías de las empresas extranjeras que participan en las ETVE no tributan y crea un coladero para las arcas públicas.

Otra de las prácticas en auge consiste en crear filiales de empresas españolas en países con menor fiscalidad para evitar tributar los beneficios derivados de las operaciones de comercio electrónico. La Agencia Tributaria ya anunció mediante su plan de control del fraude tributario que vigilaría estas prácticas. Hacienda deberá afinar en el impuesto para elevar la recaudación más necesaria que nunca.

Hacienda dice que no se destruirá empleo público con los presupuestos

Habrá que ver qué decide finalmente el Gobierno para cuadrar las cuentas. Antes de conocer la cifra exacta del ajuste de déficit, el Estado ya planteó un plan de choque que incluía un recorte en el gasto de los Ministerios de 8.900 millones y una subida del IRPF de 5.100 millones. Desde el Gobierno se ha anunciado que reducirán las inversiones más del 40%, lo que podría suponer un ahorro de más de 2.000 millones.

Pero no le queda mucho margen. El Gobierno fijó el límite de gasto para 2012 en 118.565 millones (aunque es papel mojado porque se aprobó antes de la corrección de Bruselas). De estos, 22.000 son para pagar los intereses de la deuda. Esta partida crecerá por la subida de los tipos de interés. Otros 30.000 millones son para pagar las prestaciones —es previsible que esta partida también aumente con el alza del paro—; otros 41.000 millones corresponden a los gastos de personal. Los Ministerios reducirán su gasto corriente un 12%, pero en el recorte están incluidos 8.900 millones avanzados en diciembre.

Pero aún queda un buen bocado que digerir hasta alcanzar el ajuste de 17.490 millones del Estado. El PSOE ha alertado de que el ajuste pantagruélico provocará el despido de más de 200.000 empleados públicos.

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Sobre la firma

Jesús Sérvulo González
Redactor jefe de Economía y Negocios en EL PAÍS. Estudió Económicas y trabajó cinco años como auditor. Ha cubierto la crisis financiera, contado las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el rescate a España y las reformas de las políticas públicas de la última década. Ha cursado el programa de desarrollo directivo (PDD) del IESE.

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